sábado, 16 de diciembre de 2017

Sexo y relaciones toxicas


Sexo: la conexión que une a las parejas tóxicas, la verdadera razón se encuentra en la cama.
No todas las parejas son iguales: hay algunas que son un modelo de comprensión y armonía, pero también existen aquellas en las que las discusiones y quejas son incesantes.
Estos últimos son casos especiales: a veces llevan mucho tiempo juntos, ni piensan en separarse, pero parece que viven en una infelicidad permanente y un estado de confrontación permanente.
Entonces… ¿por qué siguen en pareja?
Probablemente hayas conocido alguna pareja en la que el hombre y la mujer viven discutiendo, a veces en forma muy agresiva.
Si preguntas qué los mantiene unidos, la respuesta podría sorprenderte, pero en realidad es muy sencilla: el sexo.
Existen muchos factores por lo que una pareja que se hace daño permanezca unida: baja autoestima, inseguridad en uno o en ambos miembros, miedo a la soledad, historial de violencia familiar, entre otros. Pero en muchos casos, si preguntas por qué siguen juntos, encontrarás la respuesta: “Es muy bueno/a en la cama”.
Las relaciones tienen sus vericuetos: es necesario hacer acuerdos para sobrellevar el día a día y permanentemente pueden surgir otros puntos de conflicto, desde cosas muy sencillas y pequeñas (de qué color pintar una pared, qué cortina comprar), cotidianas (con qué familia pasar la navidad) o más complejas (endeudarse para comprar un vehículo o una casa, mudarse o no) .
Los desacuerdos forman parte de la dinámica normal de una pareja y pueden hacerla crecer o bien, llevarla a un estado permanente de tristeza e incertidumbre. En algunos casos se percibe que no hay amor de por medio, pero no se deciden, a romper y con frecuencia, el sexo es la poderosa razón por la que hombre y mujer siguen juntos.
El psicólogo del Departamento de Salud Mental del Condado de Los Ángeles, doctor Seth Meyers, asegura que el sexo después de una pelea puede convertirse en una forma de “premiar” las discusiones.

Estas son algunas razones que explican esto:
• En la cama es el único lugar en el que ambos miembros de la pareja pueden ponerse de acuerdo. Pueden abundar los desacuerdos, pero al tener relaciones sexuales todo fluye sin problemas y es el único momento en que todo parece estar bien. Eso les da esperanza y ánimo para continuar.
• Aunque puede sonar extraño, el enojo y hasta el odio se convierte en un afrodisíaco, un “condimento” de la relación. Hay parejas que se hacen tanto daño que incluso llegan a odiarse, pero paradojicamente ese sentimiento funciona como un combustible sexual. El odio no es el opuesto al amor, sino el otro extremo, la otra cara de un mismo sentimiento y ambos son igualmente poderosos.
• En este tipo de parejas, la química sexual es más fuerte que la autoestima de sus miembros. Es difícil encontrar a alguien con quien sintonices perfectamente en la intimidad y esa sensación de conexión sexual puede ser más poderosa e influyente que la autoestima. En las parejas tóxicas pero que tienen un buen performance sexual, el hombre y la mujer están dispuestos a sacrificar su bienestar y su sentido común, con tal de no perder esa satisfacción; así no se arriesgan a no encontrar otra persona que los haga sentir así.
• Es común que uno de los dos utilice su atractivo sexual para retener al otro, dando lugar al juego del dominante y el sumiso. Este papel sera interpretado por el miembro con la autoestima más fuerte, pero también puede haber un intercambio y convertirse en un juego de “yo puedo más que tú” o “ahora tú me rogarás a mí”.
• Ya que no logran comunicarse de otra manera, las parejas de este tipo se enfocan en tener sexo en cada oportunidad y momento que se les presenta. Esto sirve para mantener su relación a flote y de hecho les proporciona un alivio emocional, una especie de certificación de que eso realmente ocurrirá.
• En esta clase de relaciones es común el “sexo de reconciliación” y por ello se busca la confrontación para propiciar el encuentro sexual. La rabia y el sexo son estados muy poderosos y algunas parejas logran transitar de uno a otro muy fácilmente.
A favor y en contra
Este tipo de relaciones, basadas en el enganche sexual, pueden derivar hacia situaciones tóxicas, en el que sus miembros son arrastrados a un círculo vicioso de más peleas (y a veces de intensidad creciente) para tener intimidad. Como siempre que se usa y abusa de un recurso, necesitamos más y más y se complica encontrar un equilibrio. De esa espiral creciente es difícil salir, pero no imposible.
Meyers sostiene que el buen sexo debe ser parte de una relación de pareja sana y la intimidad, una forma de expresar el amor y la compenetración entre ambas personas. Si pasa a ser la manera de sentirse mejor luego de una discusión y una pelea, puede convertirse en algo tan adictivo como la cocaína.
El médico asegura que tener sexo para poner fin a una pelea es abrir las puertas a la violencia, pues la acción que llevó a la discusión no puede terminar en placer físico. Como agravante, es una “solución” que impide que ambos enfrenten la situación con madurez.
Sin embargo, hay quienes recomiendan el buen sexo después de una pelea, como una manera de mejorar las cosas y traer pasión en la relación. Aseguran que esquivar el sexo en ese momento puede traer a más discusiones.
El punto de no retorno es cuando aparece la violencia: esta jamás significa amor y si no logras armarte de valor para salir de una pareja en la que esta aparece, debes pedir ayuda profesional.
En líneas generales, se puede decir que luego de una pelea lo primero que se debe hacer es tener una conversación seria, en la que ambas partes expongan su punto de vista, con el ánimo de solucionar la situación de fondo.
El sexo de una discusión no se puede catalogar de bueno o malo, depende de cada circunstancia, pero sí puede ser preocupante cuando es el único punto de contacto y no permite encarar los reales problemas de la pareja.

No hay comentarios:

Publicar un comentario