martes, 6 de noviembre de 2018

YOGA


1.
Doctrina filosófica hindú de los adeptos al brahmanismo que se basa en las prácticas ascéticas, el éxtasis, la contemplación y la inmovilidad absoluta, para llegar al estado de perfección espiritual y al estado beatífico.

"el camino del yoga avanza por ocho niveles que deben alcanzarse progresivamente"
2.
Conjunto de técnicas de concentración derivadas de esta doctrina filosófica que se practican para conseguir un mayor control físico y mental.

"ejercicio de yoga; más eficaces resultan las técnicas de la relajación y la respiración controlada difundidas por el yoga"

DEFINICIÓN DE YOGA
Yoga es un término sánscrito que puede traducirse como “esfuerzo”  o “unión”. El concepto tiene dos grandes aplicaciones: por un lado, se trata del conjunto de disciplinas físicas y mentales que se originaron en la India y que buscan alcanzar la perfección espiritual y la unión con lo absoluto; por otra parte, el yoga está formado por las prácticas modernas que derivan de la mencionada tradición hindú y que promueven el dominio del cuerpo y una mayor capacidad de concentración.

En la actualidad, el yoga es practicado por quienes intentan alcanzar la integración del alma con el Origen (Matrix) y por aquellos que buscan desarrollar su conciencia espiritual. El yoga también suele ser considerado como una especie de actividad física que ayuda a mejorar la elongación y la postura del cuerpo.

Existen múltiples escuelas y corrientes de yoga, que suelen compartir las mismas bases. Puede decirse que, de acuerdo con la doctrina hindú sobre la que se desarrolla el yoga, la esencia del ser humano es su alma, que está encerrada en el cuerpo. El cuerpo, a su vez, puede dividirse en el físico, la mente, la inteligencia y el ego.

La vida plena se alcanza a partir de la satisfacción de las necesidades físicas (con salud y actividades), psicológicas (el acceso al conocimiento y al poder) y espirituales (la búsqueda de paz y felicidad). Al satisfacer estas necesidades, el ser se encuentra en armonía.

Entre los numerosos beneficios del yoga, podemos distinguir los físicos y los mentales, expuestos a continuación

Físicos
* Generalmente, aumenta las energías del cuerpo, lo libera de toxinas, refuerza sus defensas naturales contra las enfermedades y los estímulos de su entorno, y optimiza su funcionamiento.

* Mejora la flexibilidad de músculos y articulaciones, aportando más vitalidad y agilidad.

* Incrementa la fuerza física, trabajando los músculos a la vez que mejora el aspecto general de nuestro cuerpo.

* Colabora con la estimulación del metabolismo y de los procesos anabólicos, con la circulación de la energía y con la oxigenación del cuerpo.

* Gracias a la mayor producción de endorfinas, contribuye con la disminución del dolor y de las inflamaciones que causan algunas condiciones físicas, generando un estado de relajación.

* El yoga es considerado por muchos como una medicina holística que previene y sana enfermedades crónicas; diversas investigaciones aseguran que mejora el estado de pacientes que sufren de asma, fatiga crónica, artritis y arterioesclerosis, entre otros trastornos.

* Ayuda a mejorar la respiración, lo cual repercute directamente en la salud de los órganos, además de enseñarnos a aprovechar mejor la energía.

* Protege la integridad de la columna vertebral, gracias al mejoramiento de la postura; los discos sufren un deterioro menor al normal, a causa de la irrigación de la sangre y de la mayor flexibilidad.

* Es una lucha natural contra el envejecimiento, una manera de combatir el estrés que devuelve a nuestro cuerpo la fluidez que perdemos al permitir que nos invadan los problemas.

* Por medio de ejercicios específicos, ayuda a estimular los órganos internos; destacan los resultados positivos que produce en los sistemas neurológico, endocrino, digestivo y respiratorio.

* Combate los riesgos de presión alta en la sangre y colabora con el control de sus niveles de colesterol y azúcar, además de mejorar la producción de antioxidantes.

Mentales
* Genera calma y agudiza el cerebro, brindándonos una mayor estabilidad emocional y mental.

* Es un buen recurso para luchar contra la depresión.

* Ayuda a combatir episodios de ira y de pánico.

* Mejora nuestra resistencia al estrés, el control de la ansiedad y el enfoque de la atención en las cuestiones importantes de nuestro día a día, evitando que los problemas nos ahoguen.

jueves, 4 de octubre de 2018

Relación entre el Gohonzon y nosotros


SOBRE EL GOSHO, La relación entre el Gohonzon y nosotros

Disertación del Vice Presidente de la SGI, Takehisa Tsuji, durante la
Reunión de Orientación que tuvo lugar en el Centro Cultural de Los
 Ángeles, U.S.A., el 17 de abril de 1981
 (Argentina Seikyo nro. 368 del 1/6/1983)

Partiendo de la base, de que «El Gohonzon existe sólo en la carne mortal de nosotros, las personas comunes…». El verdadero
significado de esta declaración es que el Gohonzon inscrito por el Daishonin funciona como medio para activar y suscitar el Gohonzon
interior: o sea  la Budeidad. Cuando oramos ante el Gohonzon físico, o frente al altar, ese mismo Gohonzon existe en nuestro corazón; se manifiesta claramente cuando invocamos Nam-myoho-renge-kyo por la felicidad propia y la felicidad ajena.

He sido muy afortunado por haber practicado por unos cuarenta años con el primer presidente de la Soka Gakkai, Tsunesaburo Makiguchi, el segundo presidente, Josei Toda, como también con el actual presidente Daisaku Ikeda. de verdad que es una gran fortuna haber conocido esta practica el Budismo de Nichiren Daishonin.
Muchas personas ya la conocen, pero no se dan la oportunidad de practicarla, por sus temores y paradigmas, se pierden esta gran fortuna.

        Todos tenemos el mismo Gohonzon y practicamos de la misma manera; sin embargo, vemos que algunas personas reciben tremendos beneficios, a otros no les sucede mayor cosa, y aun hay otros que se encuentran con tremendas pérdidas.
¿Cuál es nuestra relación con el Gohonzon? ¿Cómo podemos practicar para obtener beneficios? ¿Qué es Nam-myoho-renge-kyo?
Nichiren Daishonin enseña que Nam-myoho-renge-kyo se encuentra dentro de todo el universo -hasta en el sol, la luna y las montañas, en árboles, plantas y rocas, en perros y gatos- y, naturalmente, en los seres humanos. La labor de Myoho-renge-kyo se encuentra en todos los fenómenos del universo.
Para explicarlo un poco mejor, quisiera darles un ejemplo. La razón por la cual ahora mismo pueden tomar notas es porque hay una luz que nos ilumina desde el cielo raso. Debido a que hay una luz allá arriba, podemos ver la función de la electricidad. La bombilla eléctrica fue desarrollada por Thomas Edison, quien entendió el principio de la electricidad. Podemos decir que la función del foco es iluminar nuestras caras, la alfombra y cada rincón de este recinto.
        Siguiendo este mismo lineamiento (razonamiento), existe la teoría de las ondas electromagnéticas. No podemos ver estas ondas, pero hay una forma de percibirlas. Si encendemos la radio o el televisor, podemos oír las palabras o ver la imagen que proyectan estas ondas.
        De la misma manera, existe una Ley de la vida, que tampoco podemos ver; sin embargo, como en los ejemplos anteriores, el principio toma forma y puede verse en el Gohonzon. Al igual que brilla la luz en todo el recinto, el beneficio del Gohonzon brilla por todo el universo.
        Pero en vez de discutir sobre la Ley del Universo, me gustaría discutir la misma ley inherente en el ser humano. Si podemos entendernos nosotros mismos, entonces podemos entender el universo. Por consiguiente, si buscamos dentro de tan sólo una persona, podemos entender el universo. Nichiren Daishonin dice que lo importante es poder ver la obra de Nam-myoho-renge-kyo dentro de nosotros.
        Como en el caso de la bombilla eléctrica o el televisor, todo lo que tenemos que hacer es encender el interruptor y automáticamente la luz o la imagen aparecerán. A medida que invocamos Nam-myoho-renge-kyo, el poder del universo surge de adentro de nosotros, como si estuviéramos encendiendo el interruptor mediante nuestra práctica frente al Gohonzon.
        Cada vez que vemos una bella flor, ya sea una flor de cerezo o un crisantemo, sentimos la belleza de esa flor dentro de nosotros. La flor que está afuera hace brotar la naturaleza que viene de muy dentro de nuestra vida.
        La isla de Hawaii y las cataratas del Niágara también están dentro de nuestro ambiente -el panorama está fuera de nosotros- pero el júbilo que sentimos al admirar el panorama viene desde muy adentro. Miramos la flor por fuera y la disfrutamos dentro de nosotros. Los discos y los pianos están fuera de nosotros, pero disfrutamos de la música que emiten, dentro de nosotros. Igualmente, cuando vemos un festival cultural en escena, nuestro deleite está dentro de nosotros.
        De la misma forma, el Gohonzon, que está fuera de nosotros, hace surgir el júbilo que está dentro de nosotros. Y cuando establecemos una relación con el Gohonzon frente a nosotros, al invocar Nam-myoho-renge-kyo, ese Nam-myoho-renge-kyo que está dentro de nosotros emergerá.
        Si miramos al Gohonzon y pensamos que está “allá afuera”, mientras invocamos el daimoku y nos decimos que “por hacer esto voy a conseguir algo”, somos iguales a un pordiosero que implora por limosna. Pero aún en estas circunstancias, probablemente recibiremos beneficios; no obstante, el tipo de beneficios que recibimos en esta forma será tan pequeño como la propina que le dejamos a un mozo, comparado con el costo total de la cena que nos ha servido.
        Nichiren Daishonin nos enseña que no debemos buscar a Nam-myoho-renge-kyo fuera de nosotros mismos, sino más bien, hacer que Nam-myoho-renge-kyo surja de lo más profundo de nuestro ser.
        El júbilo emana de lo más profundo -la oscuridad también-. Además, cuando estamos iracundos o histéricos, estos sentimientos brotan de adentro de nosotros, Cuando sentimos pena o tristeza por alguien, estos sentimientos surgen de nuestro fuero interno. Nam-myoho-renge-kyo también emana de adentro de nuestras vidas. Pero este Nam-myoho-renge-kyo que está por todas partes y dentro de nosotros es difícil de ver. El sutra explica que las cejas que están tan cerca de nuestros ojos son imposibles de ver.
De hecho, el Estado de Buda de Nam-myoho-renge-kyo está dentro de nosotros. Por consiguiente, es muy importante que cuando abrazamos la fe en el Gohonzon, tratemos de activar en un cien por cien ese Nam-myoho-renge-kyo con el mayor gozo. Entonces Nam-myoho-renge-kyo brotará naturalmente con fuerza desde dentro de nosotros[1].
        Por otra parte, si invocamos con la actitud de que es una pérdida de tiempo, muy poco de Nam-myoho-renge-kyo aparecerá en nuestras vidas. Y si directamente vamos en su contra, sólo encontraremos pérdidas.
        Naturalmente, si podemos invocar Nam-myoho-renge-kyo con gran júbilo, veremos que Nam-myoho-renge-kyo emergerá con fuerza de lo más profundo de nuestro ser: esa será la oportunidad en la cual podremos activarlo en un cien por ciento.
        Cuando invocamos Nam-myoho-renge-kyo al Gohonzon, el Gohonzon ante nosotros y el Nam-myoho-renge-kyo que está dentro de nosotros, se fusionan y entran en armonía. El Gohonzon que está fuera de nosotros es Nam-myoho-renge-kyo sin principio ni fin, el Nam-myoho-renge-kyo que emerge de lo más profundo de nuestro ser es de la misma naturaleza[2]. Es la oración al Buda que hace emerger al Buda que está dentro de nosotros. Esto es fe.
        Vivir es nuestra propia responsabilidad. A pesar de que somos responsables de nosotros mismos, el hecho sorprendente es que no nos podemos ver como realmente somos. Para poder ver nuestra propia cara nos colocamos ante un espejo: sólo así podemos observar nuestro propio rostro. Sin embargo, con ese espejo, no podemos ver nuestro fuero interno.
        Al colocar al Gohonzon frente a nosotros e invocar Nam-myoho-renge-kyo, podemos pulir nuestro fuero interno. Al igual que nos acicalamos y ajustamos nuestra apariencia externa con la ayuda de un espejo, podemos hacer el gongyo para pulir nuestro fuero interno. De esta forma, estamos trabajando ambos aspectos.
        Cuando logramos hacer emerger el Nam-myoho-renge-kyo que está dentro de nosotros, suceden dos cosas: una, que podemos curar cualquier clase de enfermedad; en otras palabras, hace las funciones de la medicina. Las medicinas recetadas usualmente funcionan para curar una enfermedad específica, o problemas físicos. Si tenemos problemas de la vista, usamos gotas para los ojos. Si estamos resfriados, tomamos algún remedio para el resfrío, y si tenemos dolor de estómago, hay una medicina especial para este mal. Ya sea que tengamos un dolor de cabeza, cáncer o una condición asmática, Nam-myoho-renge-kyo lo cura todo. El sutra que recitamos dice que es la mejor medicina.
        Lo otro que sucede cuando Nam-myoho-renge-kyo aparece dentro de nosotros, es que actúa como un imán que atrae la felicidad. En el Gosho, Nichiren Daishonin escribió: «Aquéllos que creen en el Sutra del Loto, acumularán fortuna de más de diez mil millas...». si queremos dinero, podemos orar por éste, si queremos una casa, podemos orar por una también; y si estamos sin empleo, entonces la oración nos conducirá hacia una nueva ocupación o empleo. Si queremos contraer nupcias, eventualmente encontraremos a la pareja. Todo lo que queremos podemos llamarlo con Nam-myoho-renge-kyo. Mientras más confianza y júbilo tengamos, más fuerte se tornará el imán.
        De modo que si hacemos el gongyo y sentimos que ése es el momento más feliz de nuestra vida, entonces recibiremos una tremenda cantidad de beneficios.
        Además, si podemos hacer emerger este Nam-myoho-renge-kyo, vamos a encontrar un beneficio mayor[3]. Este beneficio es que llegamos a darnos cuenta de que nuestras vidas son eternas. Y, también, a medida que surge el Nam-myoho-renge-kyo, veremos que dentro de nuestras vidas existe una gran felicidad, ya sea que estemos dormidos o despiertos, vivos o muertos. Por ende, podemos sentir que todo está bien si estamos despiertos, dormidos, vivos o muertos. Una frase del sutra dice: “Jo rakku ga jo”, que puede interpretarse como “Siempre estoy feliz y siempre estoy puro”.
        Cuando invocamos daimoku, podemos vencer a todas las causas negativas del pasado o al mal karma. También podemos superar todas nuestras dificultades del presente. De igual forma, hallaremos buena fortuna en el futuro.
        Algo que debemos percibir es que, si estamos enfermos, podemos combatir la enfermedad haciendo emanar la condición de vida más saludable del Estado de Buda que radica dentro de nosotros; si somos pobres, podemos hacer el imán más fuerte y ganar riquezas.
        El beneficio de Nam-myoho-renge-kyo cuando dormimos es que podemos dormir profundamente y descansar bien. Y al morir, podemos decir, con total confianza en la eternidad de la vida y nuestra fortuna de poder renacer con el Gohonzon: “Muchacho, estoy agradecido de estar muerto”. Debido a que esta condición de vida altamente armoniosa se ha establecido dentro nuestro, naceremos nuevamente como seres humanos -muy rápidamente-.
        Es una gran fortuna nacer como seres humanos. Pero, aunque nazcamos como tales, si no encontramos el Gohonzon, éste es un infortunio. Por otro lado, si conocemos al Gohonzon, esta es una gran buena fortuna. El hecho de que podemos encontrar al Gohonzon, es debido a que, primero que todo, Nichiren Daishonin lo legó a toda la humanidad. Otro punto que debemos apreciar es que nacemos como seres humanos gracias a nuestros padres. De igual forma, porque hay una organización llamada Soka Gakkai hemos podido encontrar al Gohonzon. Por todas estas personas y su dedicación, podemos practicar. A medida que recitamos las oraciones silenciosas al hacer el gongyo, debemos mostrar nuestro aprecio a todas estas personas y, con este agradecimiento, luchar por lograr nuestro objetivo del kosen-rufu.
        Naturalmente, cuando Nam-myoho-renge-kyo, que está dentro de usted y el Gohonzon frente a usted se fusionan, usted y el Gohonzon se convierten en uno. Cuando esto sucede, todo su cuerpo se torna en el trabajo de Nam-myoho-renge-kyo. Esto es lo que quiere decir el término Kan’no myo. Por ejemplo, tenemos una carga eléctrica dentro de nosotros, y hay una carga eléctrica en los truenos. Cuando estas dos hacen contacto, decimos que nos electrocutamos. Otro ejemplo sucede cuando dos personas se enamoran.
        El Nam-myoho-renge-kyo de nuestro interior no tiene color ni forma: sólo tiene su función. El Nam-myoho-renge-kyo externo [el Gohonzon] tiene las características del Buda Original y hace la labor del Buda Original. Debido a que no tiene color ni forma, no podemos ver el Nam-myoho-renge-kyo que está dentro de nosotros. Cuando oramos al Gohonzon e invocamos el daimoku, el Nam-myoho-renge-kyo del Gohonzon se fusiona con el Nam-myoho-renge-kyo que está dentro de nosotros y “estalla”. Cuando esto sucede, todo en nuestro cuerpo -desde la punta de los cabellos sobre nuestra cabeza hasta las uñas de nuestros pies- se convierte en Nam-myoho-renge-kyo. En este momento, nuestra cabeza es MYO; nuestro cuello es HO; nuestro pecho se convierte en REN; nuestro vientre es GE, y nuestras piernas en KYO. Nichiren Daishonin enseñó que este «cuerpo de cinco pies» puede convertirse en Myoho-renge-kyo. Cuando nuestro cuerpo se convierte en Nam-myoho-renge-kyo, esto es iluminación.

A continuación, desearía compartir algunas experiencias de los miembros que he conocido en Japón. Conocí a una señora que padeció tremendos dolores de cabeza a lo largo de quince años sin poder curarlos. Me preguntó cómo podía quitarse esos dolores de cabeza. Le expliqué que debido a que sus pensamientos eran heréticos, ella sufría de dolores de cabeza. Le dije: “Usted es un miembro de la Soka Gakkai, así que no existe razón alguna por la cual esté practicando una enseñanza herética”. Mucho antes de que se convirtiera en miembro, sus padres habían practicado en la secta Shingon del budismo. La única razón por la cual ella padecía dichos dolores de cabeza era porque su familia había practicado enseñanzas heréticas, lo cual quedó como un residuo en su vida y le provocó este problema. Para que podamos remover los residuos, nuestros cuerpos deben convertirse en Nam-myoho-renge-kyo y esto no puede suceder sin confianza y alegría. De este modo, la alenté a invocar Nam-myoho-renge-kyo para que penetrara en su cuerpo.
        Esta señora era una peinadora. Debido a su condición física, antes sólo podía trabajar diez días por mes: ahora sus dolores de cabeza han desaparecido, puede disfrutar de la vida a plenitud y gana tres veces más que antes.
        En Tokyo, conocí a un hombre que tenía cáncer de garganta. Lo alenté diciéndole que la garganta corresponde a Ho de Myoho-renge-kyo y que él debía invocar Nam-myoho-renge-kyo esforzándose por limpiar su garganta. Decían que debía operarse, pero invocó daimoku sinceramente por espacio de veinte días: cuando regresó al consultorio de su médico, su cáncer había desaparecido.
        Otra miembro que conocí estaba muy preocupada a causa de su cáncer de mama. Le expliqué que el pecho era Ren de Myoho-renge-kyo. Le dije que mirara al Gohonzon entronizado en su altar y que invocara hasta hacer emerger el Nam-myoho-renge-kyo que estaba dentro de ella utilizando el daimoku como una grúa, para “arrancar verdaderamente la basura”. Al cabo de un mes, pudo resolver su problema.
        Hay muchas personas que padecen de cáncer de estómago o de útero y a veces sus casos son extremos. Les he dicho a estas personas que si no tienen un Gohonzon en el hospital, que lo imaginen en sus mentes e invoquen daimoku. Si están postradas en cama, el mero hecho de que ellos piensen en el Gohonzon, constituirá la causa para que la vida de Nam-myoho-renge-kyo emerja de su ser.
        Cuando imaginamos una fruta ácida, nuestros labios se contraen. Aún si hemos perdido a nuestros padres, con sólo pensar en ellos podemos revivir los momentos que vivimos juntos. En la vida cotidiana, si practicamos sinceramente el Budismo Verdadero, entonces en el momento crucial podremos visualizar el Gohonzon y la vida de Nam-myoho-renge-kyo comenzará a brotar.
        Hace poco fui a Hiroshima, donde conocí a una señora de 37 años que temía la proximidad del invierno porque sus piernas se enfriaban muchísimo cuando el tiempo era frío. Usaba tres pares de medias, botas y hasta una manta eléctrica. Cuando la vi, la alenté para que invocara Nam-myoho-renge-kyo y pensara en enviarlo a la punta de sus pies, tal como si estuviera haciendo una transfusión de Nam-myoho-renge-kyo a su sangre. Se sentó frente al Gohonzon y, con mucho cuidado, tomó la decisión de enviar este Nam-myoho-renge-kyo hasta la punta de los dedos de sus pies: asombrosamente, luego de veinte minutos, sus piernas se calentaron y, a partir de aquel entonces, sólo necesita usar un par de medias durante el invierno. Esto les sonará como un cuento de hadas; no obstante, es la experiencia vivida por ella.
        En otra oportunidad visité la isla de Hokkaido, en donde conocí una abuela de ochenta años cuya espalda se encontraba muy encorvada. Debido a la mala condición de su columna vertebral, no podía ver al Gohonzon. Cuando se arrodillaba para orar, sólo alcanzaba a ver sus propias manos. La motivé diciéndole: “Si no puede ver al Gohonzon, haga que el Gohonzon de Nam-myoho-renge-kyo emane de adentro suyo. Envíe Nam-myoho-renge-kyo a su columna vertebral con la mayor sinceridad”. Le dije que el dolor de su espalda, con toda seguridad, desaparecería esa misma noche. Se sintió muy alentada y partió hacia su casa. Al otro día, cuando despertó, su espalda estaba recta. El día anterior casi no podía caminar y, al día siguiente, casi podía correr.
        Cierta vez conocí a otra anciana que me dijo que, cuando escuchó mi orientación a través del relato de su hijo, invocó daimoku con la actitud correcta y el dolor de su espalda también desapareció. Otra persona que había sido ciega por veintiún años, pudo ver nuevamente después de seguir la orientación.
        Nam-myoho-renge-kyo está listo y esperando dentro de nosotros: es igual a una autobomba en el cuartel de bomberos, lista para partir. Pero no tiene ni forma ni color, de modo que es imposible verlo. Y sólo existen ciertas y determinadas razones por las cuales una autobomba se moviliza: este vehículo solamente sale del cuartel si alguien le “dice” dónde debe ir y en qué calle en particular ocurre un incendio. Por ejemplo, una autobomba no se mueve sólo porque hay una disputa familiar suscitándose en algún lugar de la ciudad. Del mismo modo, la única forma en que podemos hacer emerger esta vida de Nam-myoho-renge-kyo es invocando Nam-myoho-renge-kyo.
        En pocas palabras, si llamamos a alguien por su nombre, éste responderá. Cuando estamos en problemas, es como si nos ocurriera un incendio; cuando tenemos los ojos enfermos, es como si estuvieran ardiendo. Si padecemos artritis, sentimos como si nuestras piernas y manos estuvieran en el fuego. Las únicas autobombas que pueden extinguir los incendios que ocurren dentro de nuestras vidas son las de Nam-myoho-renge-kyo. Nichiren Daishonin nos alienta a tener una fe pura, como la corriente del agua. A pesar de encontrarse con obstáculos, el agua siempre encuentra la forma de fluir constantemente. De todas maneras, debemos practicar pura y constantemente, igual a una corriente de agua.
        El agua también sirve para apagar incendios. Cuanto más fuerte sea nuestra fe, más autobombas aparecerán dentro nuestro. Si tenemos una fe débil, será como si tan sólo una autobomba viniera en nuestra ayuda. También será como si la manguera es demasiado angosta y tomará más tiempo sofocar el fuego. Naturalmente, cuando invocamos Nam-myoho-renge-kyo al Gohonzon encontramos al Nam-myoho-renge-kyo que surge desde lo más profundo de nuestro ser, derramándose por nuestras entrañas: es tan poderoso como el rugido de un león.
        Diversas enfermedades, tales como el cáncer o la diabetes, son equiparables a pollos o conejos que se encuentran dentro de nosotros: cuando el león ruge, los pollos y los conejos se asustan de manera tal que no pueden ni moverse siquiera. En otras palabras, cuando invocamos Nam-myoho-renge-kyo, la enfermedad súbitamente deja de avanzar. Cuando se detiene, todo lo que tiene que hacer el león es aproximarse y comérsela. De la misma manera, así de fácil pueden vencer sus enfermedades.
        Las personas que sufren problemas económicos deben practicar de manera que puedan fortalecer el imán de su fortuna. Lo importante es saber que, cuando invocamos daimoku, tenemos más poder que el obstáculo.
        Un responsable que se encontraba al frente de una reunión de diálogo y que tenía como profesión la de relojero, había venido practicando el budismo por veinticinco años. Les dije a los asistentes que invocando Nam-myoho-renge-kyo podemos convertirnos en imanes y así atraer una infinita buena fortuna hacia nosotros. El responsable, al oír esta afirmación, tomó la determinación de que, a partir de ese día, asumiría la actitud de un miembro nuevo e invocaría diariamente una hora de daimoku. Al día siguiente vendió muchos relojes. A pesar de que sus relojes eran muy costosos y raros, comenzaron a venderse. Entonces me dijo: “He practicado por veinticinco años y no creo que intencionalmente diera orientaciones equivocadas. Ahora, recién después de veinticinco años, he contemplado retrospectivamente la forma en que he venido practicando”. En otras palabras, se dio cuenta de que, a pesar de haber estado practicando durante por tantos años, su entendimiento del verdadero poder de Nam-myoho-renge-kyo había sido limitado y valoró profundamente esta nueva comprensión.
        Conocí a una persona de 67 años que no había podido hablar desde que tenía dos años. Después de recibir mis orientaciones y de invocar Nam-myoho-renge-kyo, pudo hablar nuevamente. Todas estas personas habían hecho gongyo de manera constante, pero la razón por la cual no habían podido resolver sus problemas hasta que las orienté, era porque estaban invocando daimoku pensando que la enfermedad no se curaría. Lo importante es invocar Nam-myoho-renge-kyo con la convicción de estar limpiando nuestro fuero interno a medida que lo recitamos. Si tenemos problemas económicos o problemas de relaciones familiares o con nuestros hijos, debemos tomar conciencia de que estos se deben a la tendencia fundamental de nuestra naturaleza que está profundamente relacionada con nuestras calumnias del pasado. Por lo tanto, es importante que nos demos cuenta de que constituye nuestra propia responsabilidad. Y en la medida en que comprendamos que somos totalmente responsables por haber cometido estas calumnias, podremos sentarnos frente al Gohonzon e invocar daimoku de arrepentimiento desde lo más profundo de nuestros corazones.

Considero igualmente importante que nosotros, como miembros que hemos practicado el budismo, tomemos la responsabilidad de todas las causas cometidas, y no solamente las nuestras, sino también aquéllas de nuestros ancestros, por más que ellos ignoraran las calumnias que cometieron. De esta manera, podemos invocar por ellos para que también puedan transformar su karma. Además, podemos invocar daimoku con la actitud de que a través de nuestras oraciones al Gohonzon, sea por una nueva casa, sea por nuestro trabajo o por nuestra salud, podamos contribuir a la causa del kosen-rufu. Determinen frente al Gohonzon: “Por el kosen-rufu, voy a resolver estas dificultades”. Así, los dioses budistas nos protegerán, basados en nuestra oración por el kosen-rufu. Si no pensamos en el kosen-rufu y solamente invocamos Nam-myoho-renge-kyo, nuestros beneficios serán pocos. Los beneficios que derivan de nuestras oraciones basadas en el kosen-rufu, son tan dinámicos como si voláramos en un avión, mientras que invocando únicamente por nuestro propio bien, es tan lento como si camináramos en función de recibir beneficios.
        Es también muy importante practicar sin sentir resentimiento hacia otras personas. Además, no debemos menospreciar a los demás ni utilizar ningún medio autoritario para degradar a ninguna persona.
        Debido a que esperamos que los beneficios provengan del Gohonzon, recibimos muy poco o casi nada. El sincero deseo del Gohonzon no es ni más ni menos que aquel que hacemos surgir a través del Nam-myoho-renge-kyo desde lo más profundo de nuestro ser. Si pueden invocar Nam-myoho-renge-kyo y hacer que fluya dentro de ustedes impregnando todo su cuerpo, entonces podrán comprender cuan poderoso es el daimoku.
        Si realmente pueden comprender lo que les he dicho, sentirán una alegría tan grande que les ayudará a invocar daimoku con agradecimiento. Cuando invocamos, todo nuestro cuerpo se convierte en el equivalente de Nam-myoho-renge-kyo: podemos afirmar que el Gohonzon entronizado en nuestro altar es el padre y el Nam-myoho-renge-kyo que emerge desde nuestro interior es el hijo.
        Espero que todos ustedes logren gran confianza y alegría de modo tal que puedan guiar y ayudar a los miembros dentro de nuestra organización.


[1] Significa que existe un ciento por ciento de Nam-myoho-renge-kyo activado. Entonces, también debe existir un cero por ciento de Nam-myoho-renge-kyo activado, y también debe existir un menos diez por ciento de Nam-myoho-renge-kyo activado. Es muy importante que, a través de esta orientación, encontremos la diferencia entre estos distintos porcentajes. Es decir, al estudiar esta orientación, la “pregunta del millón” es: «¿Cómo hacer que emerja y se manifieste en nuestra vida el cien por cien del poder de Nam-myoho-rengue-kyo?». La respuesta, por cierto, yace en estas líneas. Por favor, estudiémoslas con verdadero espíritu de búsqueda.


[2] El Nam-myoho-renge-kyo que emerge desde lo más profundo de nuestro ser también es Nam-myoho-renge-kyo sin principio ni fin. Nichiren, Gohonzon
El Gohonzon, en el budismo de Nichiren, inscrito en un mandala, representa la Ley eterna e intrínseca del Nam-myoho-renge-kyo.

El Gohonzon (literalmente, “objeto de devoción”) es un pergamino que contiene caracteres chinos y sánscritos. El uso de caracteres por parte de Nichiren, en lugar de imágenes, refleja su compromiso
de que este “espejo” sea universal, y no tenga las connotaciones de raza y genero inherentes en las descripciones de personajes específicos. En el centro, de arriba hacia abajo, esta inscrito “Nam-myoho-renge-kyo Nichiren”, en enérgicos caracteres chinos.
Myoho-renge-kyo es la versión japonesa del titulo del Sutra del Loto de Shakyamuni (Sutra saddharma-pundrika en sánscrito). Por la tradición dentro de la cual esta situado Nichiren, este sutra es considerado como la enseñanza mas esencial de Shakyamuni.
Nichiren considero el Myoho Renge Kyo mismo como la ley o el principio fundamental del universo - de la vida - a la cual estaba iluminado Shakyamuni, la “esencia” de la Budeidad. El escribe,:
“Todas las practicas de Shakyamuni y las virtudes que alcanzo consecuentemente están contenidas en los cinco caracteres de Myoho-renge-kyo”
.
El nombre de Nichiren debajo de Nam Myoho Renge Kyo en el Gohonzon, expresa su convicción de que el estado de Budeidad no es un concepto abstracto sino que se manifiesta en la vida y el comportamiento de los seres humanos que viven en el mundo real.
Nichiren inscribió el Gohonzon para sus seguidores individuales, y los creyentes actuales que consagran una transcripción impresa del Gohonzon en sus hogares. La practica del Budismo de Nichiren consiste en la invocación de Nam Myoho Renge Kyo, frente Gohonzon, con el objeto de armonizar su vida con (o haciendo emerger) la naturaleza de Buda que. “Nam” significa devoción, significa esta intención de hacer emerger o armonizar con.
La visión budista de la vida es tan profundamente holística que no
ve separación esencial entre nuestra vida y la vida del universo.
Cuando extraemos el poder de la sabiduría y la misericordia a través de la oración., estamos extrayendo y dirigiendo la misma sabiduría y misericordia creativa universal que se manifiestan en todo, desde el inteligente vinculo de las moléculas hasta la simbiótica evolución de las especies e incluso hasta la decadencia o la formación de las galaxias. Fundamentalmente, significa creer en el potencial propio que capacita a los seres humanos a desarrollar y avanzar frente a las dificultades.
El Gohonzon es la corporificación de una creencia en el ilimitado potencial de la vida, la practica asociada con el, es una expresión y realización de esta creencia.
Independientemente de nuestra creencia religiosas, el éxito de cualquier esfuerzo por guiar nuestra vida hacia la realización y el valor depende mucho de nuestra capacidad para ver nuestro interior, honesta y valientemente –tanto para confrontar los demonios de nuestra sombra y buscar dentro de nuestra propia vida las cualidades con las que están investidos nuestros santos e ídolos.

martes, 2 de octubre de 2018

Cuencos de cuarzo Vs ser humano


AFINIDAD ENTRE LOS CUENCOS DE CUARZO Y EL SER HUMANO

El cuarzo posee una gran afinidad con el hombre. Las sustancias cristalinas están presentes en todo el organismo: en los huesos, en la sangre, en el cabello, en la piel, en las uñas y hasta en los dientes. Es más, nuestro ADN se estructura en una doble espiral muy similar a la del cristal de cuarzo. Hay cuatro moléculas de sílice (cuarzo) en cada una de nuestras células y también está presente en la estructura crístalo-coloidal líquida del cerebro. Todo lo cual hace que tengamos una gran resonancia con los cristales.

El científico norteamericano Marcel Vogel encontraría además que el electromagnetismo del pensamiento humano encaja con la matriz formada en la estructura molecular del cuarzo y eso permite su programación por el propio pensamiento (lo sorprendente es que ya en los puranas -antiguos textos vedas de la India- se decía que el cristal de cuarzo puede amplificar los pensamientos hasta 20.000 veces).

Los cuencos de cuarzo, contienen un poder que va mucho más allá de la mera musicalidad y requiere tanto de nuestra apertura consciente para ser percibido como de la correcta disposición e intención para ser utilizado. De hecho, producen una onda sinusoidal pura y crean un sonido multidireccional que se expande hasta un kilómetro de distancia y puede durar varios minutos antes de extinguirse. Y su sonido envuelve el cuerpo como una ola
proporcionando una experiencia similar a un masaje enormemente sutil o a una profunda y serena meditación.

¿Qué son los cuencos de cuarzo?
Cada cuenco esta hecho de 98,9% de silicio de cuarzo. Nuestros cuerpos a nivel celular se componen de sílice y el tono puro cristalino hace que nuestros cuerpos vibren en resonancia. El cuerpo humano está compuesto de muchas sustancias cristalinas: los huesos, la sangre, el ADN, así como la estructura líquido coloidal del cerebro. Nuestros cuerpos resuenan con el sonido puro y los chakras son equilibrados, limpiados energéticamente por esto. Los cuencos de cuarzo se crean a partir del mismo chip de silicio utilizado en la tecnología informática. Al igual que los chips de computadora los cuencos de cristal pueden ser programados para recibir, conservar y transmitir
información.

El Cristal de cuarzo claro es una sustancia extraordinaria que sostiene la vibración de la luz blanca pura. Amplifica, purifica y armoniza. La vibración de la luz / sonido refracta en el arco iris y actúa directamente sobre los chakras cuando se toca. El sonido produce un cambio positivo en la conciencia. Literalmente, cambia nuestra vibración para que podamos brillar con mayor salud e irradiar mayor frecuencia de luz. Hay una sensación de paz y una actitud de alegría interior, amor, y paz.

Yo personalmente programo mis cuencos para amplificar en los oyentes su capacidad de auto sanación, para purificar, limpiar y curar su cuerpo. Los he sintonizado para despertar la conciencia y mover a los receptores hacia el estado de amor incondicional, la unidad y la paz.
Las vibraciones de onda cristalina hacia el exterior crean un ambiente de armonía y paz...
LA TÉCNICA: ¿Cómo Funcionan los cuencos de cuarzo?

Si uno llena un cuenco de cuarzo con agua y activa su sonido podrá observar cómo se forman figuras geométricas en el agua. Dada la enorme resonancia del cuenco, al aumentar su intensidad el agua "salta" literalmente varios palmos por encima a causa de la vibración, como si estuviera en efervescencia. Lo cual nos puede dar una idea del efecto que producen estos instrumentos en el cuerpo ya que, como sabemos, éste está formado en más de un 70% por agua. En ese sentido, el Dr. Jeffrey Thompson -director del Centro de Investigaciones Neuro-acústicas en el Instituto de Ciencias Humanas de California-, afirma: "Dado que el sonido viaja cinco veces mejor por el agua que por el aire la estimulación en el cuerpo de la frecuencia sonora es una forma muy eficaz de estimulación corporal integral, sobre todo a nivel celular. El estímulo directo del tejido celular vivo, utilizando la vibración de la frecuencia de sonido, ha mostrado un marcado metabolismo celular y con ello la posible movilización de una respuesta celular de curación."

Los científicos norteamericanos Marcel Voguel y Normand Nikesell han podido observar asimismo que los tejidos sanos del cuerpo guardan una mayor organización cristalina en su estructura mientras que en los que muestran signos de deterioro esa organización se rompe.

Y es que merced al principio de resonancia, el sonido de los cuencos de cuarzo ajusta la vibración de la persona a la misma frecuencia emitida del mineral; es decir, terminan ambos vibrando al mismo ritmo.
Asimismo, también es posible por medio del sonido cambiar los ritmos de nuestras ondas cerebrales así como el latido de nuestro corazón y nuestra respiración. A esto se le conoce como "resonancia forzada" e implica "la capacidad de las vibraciones más potentes de un objeto para cambiar las menos potentes de otro y hacer que sincronicen sus ritmos con los del primer objeto".
La medición de las ondas electromagnéticas del cerebro muestra que hay unas longitudes de onda claramente reconocibles, cada una conectada a un estado de conciencia diferente. Pues bien, los cuencos de cuarzo emiten e inducen un modelo de onda alfa que es el que emite el cerebro en los estados meditativos y de profunda calma. Y se ha podido comprobar que en esos estados hay un aumento significativo de la producción de linfocitos T, responsables del sistema inmunitario.

Beneficios
• Equilibra y alinea chakras (puntos de energía en el cuerpo)
• Equilibra hemisferios del cerebro
• Limpia campo áurico y emocional
• Crea una alineación con tu ser búdico
• Afecta a los sistemas fisiológicos del cuerpo
• Induce estados alterados de conciencia
• Invoca un antiguo recuerdo, tocando el alma
• Reconstrucciones órganos superiores, así como el cuerpo físico
• Re-energiza el campo áurico
• Vibraciones de sonido toca ligeramente en movimiento a través de materia física, llegando a las células.

El sonido de los cuencos, afecta de manera global al individuo.
Primero equilibra su cuerpo energético y los chakras (centros de energía) y luego limpia el campo áurico. Además, la vibración repercute en la columna que actúa como vehículo de resonancia y se extiende a través del sistema nervioso a nuestras células, tejidos y órganos. Esa es la razón de que la vibración producida por los cuencos tenga la capacidad de disolver bloqueos en el cuerpo físico y sutil así como de que se utilice en casos de contracturas musculares, roturas y otros problemas óseos. La vibración de los cuencos resuena y armoniza la estructura cristalina presente también en nuestro esqueleto.
Asimismo, tiene efectos positivos en casos de artrosis, problemas circulatorios, piedras en el riñón, depresiones, problemas neuronales y otras múltiples dolencias. Sin olvidar que cargan y potencian con su vibración esencias florales y aceites esenciales y que se utilizan en la limpieza de espacios físicos.

jueves, 27 de septiembre de 2018

Baño sonoro

Baño de sonido: La música como terapia

El aire impregnado por una fresca esencia de inciensos invade la shala de terapias. Al entrar, los pacientes se acomodan en mats (esteras) colocadas en el piso. Cierran los ojos y una suave vibración sonora estimula al cuerpo que está tratando de liberarse, como pide el terapeuta para iniciar la sesión.

El golpe seco de un tambor chamánico emite una vibración que se siente como el latido del corazón y se mezcla con el sacudón del tambor oceánico relleno de semillas, que evoca el sonido de una tarde lluviosa, a esto lo acompañan el trinar de los pájaros celebrando un festin. En pocos minutos, los sonidos logran crear un paisaje muy distante a la sala de terapias, en el que un canto de mantras completa la sensación de estar en otro lugar.

Esta una de las formas en las que se practica la sonoterapia, un método de relajación que aprovecha el poder de los sonidos para sanar. Contiene técnicas ancestrales que ahora son usadas en la medicina alternativa. Se puede realizar de forma independiente o acompaña a otras terapias como el Reiki (técnica de sanación con las manos).

En estas terapias, la mente inicia una lucha interna para dejar de repasar todo lo que ocurrió en el día y concentrarse solo en los sonidos, los cuales ofrecen una sensación de bienestar. Al ritmo de los cuencos tibetanos y de cuarzo, el cuerpo empieza a responder a los estímulos.

La práctica de la sonoterapia es el resultado de una combinación de saberes, usando técnicas orientales, principalmente, los cuencos tibetanos.

Los instrumentos chamánicos se emplean para curar el cuerpo, a diferencia de los de metal, como los cuencos tibetanos, que actúan en la mente, y los Cuencos de Cuarzo que actúan en el alma, el corazón y el ADN.

Los instrumentos están construidos con materiales como el cuero, la madera y las semillas, vinculados con la Pachamama. Los usamos para que la persona reconozca su cuerpo, y los combinamos con los otros instrumentos para trabajar con la mente y el espíritu, porque buscamos el equilibrio.

En el Dharmashala utilizo los instrumentos como baño sonoro para masajear el cuerpo inteligentemente en puntos específicos.

Cuando nacemos, todas las personas recibimos un sonido, lo que buscamos en esta terapia es que el cuerpo lo identifique y reaccione. Esa técnica se conoce como identificación de sonidos originales, que consiste en encontrar el estímulo que provoca una reacción diferente en el cuerpo.

Para lograr ese efecto, empezamos con un sonido bajo, que lo generan las maracas y llegamos al nivel más alto con los sonajeros hechos con las semillas. El cuerpo reacciona diferente, porque cada instrumento tiene una función específica. Tambien usamos sonidos de pájaros. Estos sonidos ingresan al cuerpo como vibraciones y eso produce un masaje sin la necesidad de usar las manos. Feliz viaje sonoro!!

lunes, 17 de septiembre de 2018

La Oración

SOBRE LA ORACIÓN
Me gustaría hablarles acerca de dos pasajes de gosho acerca de la oración, que dicen: “...Nunca dejarán de ser respondidas las oraciones del devoto del Sutra del Loto” y “¿Cómo podrían sus oraciones dejar de ser contestadas?”.
Muchos de nosotros hemos experimentado que nuestras oraciones no recibieran respuesta. Desearía referirme acerca de la naturaleza de la oración según el Budismo y de cómo podemos engrandecer el poder y el beneficio que recibimos de nuestra oración.
Nuestra práctica del Budismo jamás debe convertirse en una lucha de interminables eones hasta para los más pequeños cambios en nuestro karma. Muy por el contrario, el Budismo de Nichiren Daishonin está concebido para producir efectos drásticos en nuestra vida diaria y en nuestro karma y si esto no es lo que ocurre, tenemos que preguntarnos el porqué. ¿Acaso el Daishonin no nos promete que nuestras oraciones serán contestadas?
Todas nuestras oraciones son contestadas con absoluta seguridad, sólo que a veces la respuesta es NO. A veces, si estamos orando por algo que nos es perjudicial, la respuesta es NO. Por esta razón es por la que quiero hablar de la naturaleza de la oración según el Budismo.
La oración según el Budismo es significativamente diferente de lo que es la oración con la cual la mayoría de nosotros estamos familiarizados desde nuestra infancia. Si no comprendemos la diferencia, tendremos la tendencia a continuar orando como si estuviéramos tratando de comunicarnos con algún poder externo a nosotros. Con esto, estaríamos tocando sólo los aspectos superficiales de un Buda, mientras que en nuestro interior permaneceríamos conectados a nuestra anterior forma de pensar.
La oración, según la tradición occidental, intenta la comunicación con un poder trascendental por encima y más allá de nosotros. Este poder, que no existe dentro de la vida de los seres humanos, ha de ser encontrado en algún otro lugar. De este modo, la oración se orienta hacia otro ser. Este enfoque religioso se basa en la premisa de que los seres humanos, en lo profundo de nuestras vidas, somos impuros, de que inherentemente no somos buenos. Las oraciones llegan así a estar llenas de sentimientos de culpa y de inadecuación.
Según el Budismo, la Fuente o Poder está dentro de nosotros. Una oración budista va dirigida hacia nuestro interior. Estamos recurriendo a la ayuda de nuestra propia naturaleza de Buda inherente. Según el Budismo, los seres humanos somos, por naturaleza, muy valiosos y buenos. Poseemos naturaleza de Buda. Las oraciones budistas están llenas de un sentido de responsabilidad y agradecimiento.
La oración tradicional en nuestra cultura occidental, tiende al pesimismo y la superficialidad. Por el contrario, el Budismo posee un enfoque de la vida humana que es esencialmente optimista y, por tanto, profundo. El gosho del que leíamos un párrafo anteriormente, dice: “Uno no desecha el oro por estar contenido en una bolsa inmunda. Uno no ignora los árboles de sándalo por el desagradable olor de los árboles de arándano que crecen a su alrededor, y uno no rehusa recoger las flores de loto porque el estanque del valle en el que crecen está sucio”.
En esto podemos ver el enfoque fundamentalmente optimista de la vida humana que posee el Budismo de Nichiren Daishonin. “Vamos a esforzarnos en recoger flores de loto en el empantanado estanque de nuestra vida”, tal debe ser nuestra oración. La invocación de daimoku al Gohonzon está orientada a abrir nuestros ojos para poder ver florecer los lotos. Para nosotros es extremadamente difícil percibir lo que hay en lo profundo de nuestras vidas; por ello, el Daishonin nos dejó una oración para que abramos los ojos y veamos revelados los tesoros que poseemos.
Si invocamos daimoku frente al Gohonzon en busca de algún poder externo que venga hacia nosotros y produzca un milagro, estamos buscando en el lugar equivocado. Nuestra naturaleza de Buda se encuentra en el profundo y oscuro almacén de nuestra vida. No es fácil de encontrar. Tenemos la tendencia a buscar nuestra naturaleza de Buda en las áreas de nuestra vida en las que podemos verla con facilidad. Dentro de nosotros no sólo se encuentra la causa de nuestros sufrimientos, sino también la solución a todos nuestros problemas. Si usted dirige sus oraciones hacia afuera, éstas no serán respondidas. Nada pasará.
El Budismo NO enseña que “los deseos mundanos conducen hacia los beneficios”; tampoco enseña que “beneficio es lo mismo que iluminación”. Lo que SÍ enseña es que los deseos mundanos nos conducen a la iluminación.
Todos sabemos que sufrimos adversidades en nuestras vidas. En el gosho “Felicidad en este mundo”, Nichiren Daishonin establece: “Sufra lo que tenga que sufrir, goce lo que tenga que gozar. Considere el sufrimiento y la alegría como hechos de la vida. [...] Nadie puede escapar de los problemas, ni siquiera los sabios y venerables”. Hasta los sabios y los venerables sufren adversidades. El Budismo acepta el hecho de que ocurran adversidades y de que suframos. Nuestro sufrimiento hace brotar el deseo de erradicarlo. Todos deseamos eliminar el sufrimiento. Este deseo nos impulsa a tomar acción con la intención de eliminar el sufrimiento.
Sin embargo, debido a que carecemos de sabiduría y a causa de que existe la oscuridad en nuestra vida, realizamos una acción incorrecta a pesar de nuestra sinceridad: hacemos una causa negativa en vez de una positiva. Aunque estamos haciendo el máximo esfuerzo, estamos llenos de concepciones y percepciones erradas.
Imaginemos a los “Marineros de Seattle”, un equipo de beisbolistas muy entrenados y extremadamente capaces. Supongamos que son enviados al exterior a competir por la Copa Mundial de Fútbol. Se les informa que, si ganan, recibirán un millón de dólares al año por el resto de sus vidas. ¡Se sienten motivados! Pero nadie les enseña el reglamento de fútbol. Así, los Marineros salen a la cancha de fútbol con sus guantes y sus bates dispuestos a ganar la Copa Mundial. Juegan dando lo mejor de sí, pero sólo saben jugar según el reglamento del béisbol, porque no conocen el del fútbol: así intentan batear la pelota para dirigirla al arco y hacer un gol. Entonces son sancionados. A pesar de su sinceridad, manejan las reglas equivocadas: no pueden jugar porque no conocen las reglas.
La vida también es así. Por muy sincero, dedicado o trabajador que se sea, uno es infeliz si su vida está llena de concepciones erradas, ya que debido a ellas, se continuará realizando causas negativas a pesar de sí mismo y de esta manera se perpetuará el karma negativo, lo cual conducirá a más sufrimiento. Esto hará que el deseo de erradicar el sufrimiento aumente más aún. Es por eso que, a veces, parece que cuanto más intentamos arreglar las cosas, peores se vuelven.
El Buda Shakyamuni estableció que deberíamos eliminar los deseos para salir de los caminos del sufrimiento. Pero esto, aparte de ser imposible de llevar a cabo hoy en día, nos conduce a un callejón sin salida. Nichiren Daishonin dijo que podemos transformar los deseos mundanos ejerciendo la sabiduría. Cuando estamos sufriendo podemos invocar daimoku frente al Gohonzon y orar por sabiduría, para poder ver correctamente la causa u origen de nuestro sufrimiento y realizar la causa adecuada. La sabiduría nos permite romper esta cadena kármica. Desarrollamos sabiduría, lo que nos inspira a tomar la acción que nos libera de nuestro sufrimiento y, a la vez, nos lleva a profundizar la fe. Así transitamos, entonces, por un camino de la vida completamente diferente.
Según el Budismo, la intención de nuestra oración es transformar la ilusión en sabiduría. La sabiduría es el máximo beneficio de nuestra práctica budista. Nuestra sociedad tiende a promover la concepción de que el propósito de la vida es reunir tantos bienes materiales como nos sea posible. Sin embargo, el Budismo dice que no es éste el propósito de la vida. Una vez, vino a verme un miembro de la División Sonen y me dijo que necesitaba ayuda con su “karma financiero”, ya que no había logrado transformarlo en diez años de práctica. La primera pregunta que le hice fue: ¿Qué tipo de trabajo hace usted? Me dijo que no tenía trabajo y pregunté el porqué. Contestó que había renunciado a su trabajo seis meses atrás. Le pregunté porqué lo había dejado, a lo que me contestó que había tenido un desacuerdo con su jefe y que había sentido que tenía que renunciar. Le pregunté acerca del trabajo que había tenido antes, y me dijo que lo habían despedido porque se había disgustado con su jefe. ¡Esa persona, a lo largo de diez años de práctica, había tenido ocho trabajos distintos y los había perdido a todos! Le pregunté cómo era que esperaba tener una excelente situación financiera si ni siquiera tenía trabajo. No hay magia en el Budismo, no es lógico pensar que uno pueda lograr una gran fortuna económica si no la produce. Entonces él me planteó que su verdadera pregunta era: “¿Por qué tengo el karma de tener jefes autoritarios?”
La mayoría de nosotros creemos que las cosas malas que nos suceden son nuestro karma. Pensamos que nuestro karma existe fuera de nosotros, pero esto es incorrecto. No somos los únicos a los que nos pasan cosas negativas: a todo el mundo le pasan cosas malas. Entonces, ¿qué es el karma?
El karma es nuestra incapacidad de manejar las adversidades. No sabemos cómo manejarnos con los obstáculos cuando nos golpean y terminamos haciendo lo equivocado, creándonos así más sufrimientos. En todo caso, le señalé su tendencia a molestarse con sus jefes. Existía un patrón claro: era muy difícil para esta persona darse cuenta de que su problema era la ira. El Budismo dice que si usted tiene ira, posee el veneno de la arrogancia. Le dije que hasta que no fuera capaz de controlar su mente arrogante y su ira, no podría mantener un trabajo. En realidad era una persona muy talentosa en su trabajo, pero esto mismo lo llevó a creer que podía hacer lo que quería y a maltratar a los demás. Le dije que necesitaba encontrar la forma de no perder sus trabajos: tenía que transformar su karma. Le dije también que no permitiera que su ira lo derrotara y que orara sinceramente por tener la sabiduría de responder frente a las situaciones de un modo distinto a la ira. Hasta hoy, ha estado empleado por tres años y acaba de comprar una casa.
¿Qué beneficio sería mayor: otro trabajo que tal vez también podría perder o tener la sabiduría de percibir la causa raíz de su problema y nunca tener que repetirlo? La gente pagaría millones de dólares por tener sabiduría para comprender la verdadera naturaleza de sus sufrimientos.
El Budismo se refiere a la vida interior, a despertar la sabiduría acerca de nuestra verdadera naturaleza. Esa sabiduría es mil veces más valiosa que todos los pequeños beneficios que uno pueda acumular. Quedando atrapados en la búsqueda de posesiones materiales, algunos de nosotros podemos pensar “esto sería una maravillosa prueba real”. Yo no lo creo así. ¿Cuántas veces se nos ha ocurrido pensar al ver a un millonario: “¡Caramba! ¿Cuál será la religión que practica esta persona? A lo mejor me convierto a ella”
La búsqueda de posesiones materiales no es algo negativo, pero éste no es el propósito de la vida. Lo que el ser humano anda buscando es el modo de transformarse a sí mismo: ésa es la naturaleza de la oración budista. Nichiren Daishonin NO dijo que los deseos se convierten en beneficios, sino que los deseos conducen al conocimiento de uno mismo.
Por supuesto que, al cambiar nosotros, nuestro medio ambiente refleja este cambio y experimentamos beneficios. Pero si lo único que buscamos es el beneficio sin pasar por el proceso interno, nada ocurrirá. El Gohonzon casi no tiene poder para transformar nuestro medio. El Gohonzon lo que sí tiene es el poder para transformarnos a nosotros. Cuando usamos el Gohonzon para transformarnos a nosotros mismos, recién entonces transformamos nuestro alrededor. Hay una gran diferencia. Deberíamos determinar frente al Gohonzon el resolver nuestro problema o sobrepasar nuestro sufrimiento. Cuando usted ore al Gohonzon con este enfoque, se sorprenderá al ver lo que percibe de sí mismo y lo que necesita cambiar en su vida. De lo que trata el Budismo es acerca de la reforma interior, no sobre la reforma exterior. Por supuesto, en el medio ambiente también ocurren beneficios, pero en realidad éste no es el punto primordial. El cambio interior sí lo es.
Hemos oído hablar acerca de las Cuatro Fuerzas del Budismo. Las fuerzas de la Fe y de la Práctica activan las fuerzas del Buda y de la Ley. ¿Dónde residen los poderes del Buda y de la Ley? ¿En el Gohonzon? No. Las fuerzas del Buda y de la Ley yacen en la naturaleza de Buda dentro de nuestra propia vida. Las fuerzas de la Fe y de la Práctica las despiertan y las hacen emerger. La fuerza de nuestra Fe determina el grado en que manifestamos la fuerza del Buda y la fuerza de la Ley en nuestra vida.
¿Cuál es la fuerza del Buda? La fuerza del Buda es la sabiduría. Equivale a decir la mente del Buda, o sea la mente que percibe la verdadera naturaleza de todos los fenómenos. ¿Cuál es la fuerza de la Ley? Es el cuerpo o acción del Buda. Cuando oramos al Gohonzon, contactamos la sabiduría para percibir la verdadera naturaleza de lo que realmente está ocurriendo y así atacar la raíz de nuestro problema. El camino de nuestra vida ha sido ya muy transitado por nosotros: es como una autopista. Hemos estado caminando por el sendero de nuestra vida, tomando las mismas decisiones, haciendo las mismas cosas, existencia tras existencia. Jamás habíamos despertado al hecho de que estamos caminando en círculos, regresando siempre al mismo punto.
La fuerza del Buda y la fuerza de la Ley se manifiestan porque usamos nuestra voz -la voz del Buda- para orar al Gohonzon. Nuestra oración al Gohonzon debe consistir en que, con sabiduría y fortaleza, estamos decididos a sobrepasar nuestro problema. Debemos tener ese tipo de determinación al orar. Puede que no tengamos una clave sobre lo que debemos hacer, pero esto no debe ser un problema: precisamente por eso practicamos... ¡si ya supiésemos qué hacer no estaríamos sufriendo, sino que ya lo hubiéramos solucionado!
Hacemos acopio de la determinación y luego necesitamos sabiduría. Invoquen daimoku al Gohonzon, estudien el gosho, lean las orientaciones del Presidente Ikeda y pidan orientación a sus responsables. Todo esto funcionará para mostrarles la causa u origen de su sufrimiento. Un ejemplo es cuando usted lee la orientación del Presidente Ikeda con una actitud seria, no por mera formalidad sino con la siguiente postura: “Ikeda Sensei, tengo un problema: necesito sabiduría”. Comienza a leer y, de pronto, su vista se detiene en un párrafo y usted siente: “Él está hablando acerca de mí”. Deténgase allí mismo y llévelo a la práctica. Eso es sabiduría. La sabiduría provino de su mentor, de su maestro. Entonces, usted se dará cuenta de que posee un vínculo personal con el Presidente Ikeda. Descubrirá que él le está dando instrucciones acerca de cómo vencer. Él le está enseñando las reglas. Si no está buscando sabiduría, no la encontrará. Si solamente está buscando beneficios, no encontrará sabiduría. La sabiduría es el más valioso de los tesoros. Nosotros practicamos el Budismo para llegar a ser la persona que queremos ser... ¿En qué tipo de persona se está convirtiendo usted? Lo que queremos es estar iluminados, ser Budas. En realidad, algunas veces esto puede parecernos demasiado abstracto, sin embargo, convertirse en una persona iluminada, hacer resplandecer la luz de la propia vida, es algo que se puede hacer todos los días.
Cada vez que usted invoca daimoku frente al Gohonzon para hacer emerger la sabiduría de comprender la causa u origen de su sufrimiento y la acción fundamental que debe realizar para lograr la felicidad, está buscando la iluminación. La Budeidad no es algo ajeno, ni algo que tal vez algún día lograremos: cada mañana y cada noche, usted logra la Budeidad.
El gosho “La Persona y la Ley” establece lo siguiente: “Puesto que la Ley es suprema, la Persona es digna de respeto”. Debido a que la enseñanza que abrazamos es verdadera, quienquiera que abrace esta enseñanza se convierte en una persona respetable: se convierte en Buda. El gosho continúa diciendo: “Puesto que la Persona es digna de respeto, la Tierra es sagrada”. Debido a que abrazamos al Gohonzon, logramos la Budeidad; dondequiera que usted vaya, ése lugar se convierte en Tierra de Buda. La cocina se torna en la cocina del Buda, la escuela se torna en la escuela del Buda. ¿Cuántos de ustedes encuentran la Tierra del Buda cuando van al trabajo? ¿Quién se supone que puede llevar al Buda al trabajo? Usted es quien tiene Gohonzon. Se supone que es usted el que tiene que hacer despertar la vida del Buda y llevársela al trabajo con usted... ¡pero resulta que la olvidó en su casa frente a su altar!
Si usted invoca daimoku al Gohonzon por la mañana con la determinación de “Me llevaré con-migo la vida del Buda y transformaré mi lugar de trabajo. Necesito sabiduría, necesito fuerza, pero voy a establecer la diferencia”, se sorprenderá del poder que ya posee para transformar su medio ambiente.
En “La Revolución Humana”, el Presidente Ikeda dice: “Si una persona cree en algo errado, sea lo que sea, ese algo lo arrastrará a las profundidades del sufrimiento. Lo mismo vale para un grupo de personas, para la sociedad y para toda una nación. Confundir como verdadero algo que en realidad constituye una falacia y creer en ello, es la cosa más terrible en la vida. Si las cosas en las que usted cree están equivocadas, éstas lo harán caer en el infierno en un minuto. Sus creencias fundamentales son lo más importante del mundo para usted. Si su vida está basada en ilusiones y falacias, usted se encontrará sufriendo en el Infierno y no podrá salir de allí. Practicamos para aprender las reglas de la vida y cambiar nuestra visión básica de ésta. Una vez que usted conozca las reglas del juego, podrá jugarlo libremente por el resto de su existencia.”
El Presidente Ikeda concluye diciendo: “Nada ayudará entonces a esa persona por más buenas intenciones que tenga y por más esfuerzos que haga, si esa persona cree en algo falso o contrario a la ciencia, no podrá evitar caer en el infortunio. Esto es inevitable. Uno puede depositar su confianza en una doctrina específica, en una ciencia, en la religión de su país, en sus negocios, en sus familiares, en sus amigos, en sus convicciones, en la medicina o en la tecnología. Los seres humanos no pueden actuar a menos que crean en algo. Inconscientemente, hasta aquél que hace alarde de su ateísmo actúa sobre la base de alguna creencia. Todos los asuntos humanos no son más que la suma total de sus acciones enraizadas en la fe. El creer no es algo separado de la vida, tampoco es algo que se encuentra confinado a un grupo selecto de personas. Lo importante es hasta qué punto uno está consciente de aquello en lo que cree. La mayoría de las personas jamás llega a cuestionarse si la esencia de sus creencias es realmente correcta. Sea correcta o incorrecta su creencia, sea justa o perniciosa, las ignoran y viven la vida sin darse cuenta. Allí, precisamente allí, yace la raíz de su infelicidad”.
¿Cuántas veces nos hemos preguntado si nuestras creencias fundamentales son correctas? Muchas, muchísimas veces he conocido personas con quince o veinte años de práctica que se encuentran atascadas, incapaces de avanzar. Su práctica se ha tornado en una dificultad. Cuando examinamos la causa u origen, vemos que en su mente conocen todos los conceptos del Budismo correctamente, pero en sus corazones aún creen que es responsabilidad de otros: están en dotai ishin, o sea “uno en cuerpo, muchos en mente”. Hablan como budistas pero dentro de sí mismos carecen de las creencias budistas. No han examinado sus creencias fundamentales. Finalmente su práctica budista deja de producir beneficios porque no están intentando transformar sus creencias falsas en verdaderas.
El “Rissho Ankoku Ron” establece: “Por lo tanto, usted rápidamente debe reformar las creencias que mantiene en su corazón y abrazar el Vehículo Único, la única doctrina correcta del Sutra del Loto”. En otras palabras, invocamos daimoku frente al Gohonzon. El Gohonzon es el Kanjin no Honzon, es decir, el Verdadero Objeto de Veneración para observar la verdad de la propia vida. Cada vez que invoque daimoku buscando la verdad, se tornará en una persona extraordinariamente consciente de sí misma -lo cual requiere de coraje- y asimismo podrá descubrir que usted también posee la naturaleza de Buda. A menos que usted tenga el coraje de realmente verse tal como es, vale decir, de confrontar los aspectos negativos de su vida, no podrá encontrar la naturaleza de Buda. Tiene que tener el coraje para ver.
La pregunta es: ¿funcionará igual cualquier oración? En “La Revolución Humana”, Vol. 10, el Presidente Ikeda se pregunta si el daimoku es suficiente. Su conclusión es que NO. El daimoku es la base de todo, pero por sí mismo no es suficiente. El daimoku se debe conectar a otros aspectos de la práctica. El gosho “Sobre la Oración” dice: “Nunca dejarán de ser respondidas las oraciones de los devotos del Sutra del Loto” y Nichikan Shonin, 26° Sumo Prelado, afirmó: “Ninguna oración del devoto del Sutra del Loto quedará sin respuesta”. Sin embargo, el gosho “La estrategia del Sutra del Loto” dice: “Quien es cobarde en la fe no puede lograr nada”. En otras palabras, es posible que sus oraciones no obtengan respuesta.
El Vicepresidente Tsuji dijo alguna vez: “Todos tenemos el mismo Gohonzon y practicamos de la misma manera; sin embargo, vemos que algunas personas reciben tremendos beneficios; a otros no les sucede mayor cosa, y hasta hay algunos que se encuentran con tremendas pérdidas. ¿Cómo debe ser la relación correcta con el Gohonzon? ¿Cómo podemos practicar para obtener beneficios? [...] El Gohonzon que está fuera de nosotros hace surgir el júbilo que está dentro de nosotros. Y cuando establecemos una relación con el Gohonzon frente a nosotros, al invocar Nam-myoho-renge-kyo, el Nam-myoho-renge-kyo que está dentro de nosotros emergerá. Si miramos al Gohonzon y pensamos que está allá afuera mientras invocamos daimoku pensando que «por hacer esto voy a conseguir algo», somos como un mendigo pidiendo limosna. Aún en estas circunstancias, probablemente recibamos beneficios; no obstante, el tipo de beneficios que recibamos será tan pequeño como la propina que se le da a un mozo en comparación con el costo total de la comida que nos ha servido” (Los Ángeles, 17/4/81).
Debemos invocar daimoku con la actitud de que a través de nuestras oraciones al Gohonzon -sea por nuestra nueva casa o por los negocios o la salud-, podamos contribuir con el kosen-rufu. Plantéele a su Gohonzon interior: “Por el kosen-rufu, permíteme por favor sobrepasar estas dificultades”. Los shoten zenjin nos darán protección basados en nuestras oraciones por el kosen-rufu. Sin pensar en el kosen-rufu y simplemente invocando Nam-myoho-renge-kyo, obtendremos pocos beneficios. Los beneficios derivados de nuestras oraciones basadas en el kosen-rufu, son tan dinámicos como volar en avión, mientras que orar sólo por nuestro propio beneficio es tan lento como caminar.
El gosho “Sobre el logro de la Budeidad” dice: “Sin embargo, aun cuando usted invoque Nam-myoho-renge-kyo y crea en él, si piensa que la Ley se encuentra fuera de usted mismo, no está abrazando la Ley Mística, sino cualquier otra enseñanza inferior”. ¿Qué significa esto? Si usted piensa que la causa de sus problemas está fuera suyo y que igualmente lo están las soluciones, no estará abrazando la Ley Mística, sino una enseñanza inferior, aunque esté invocando daimoku al Gohonzon. Este es un punto importante: aunque oremos al Gohonzon, si creemos: “la respuesta está fuera de mí”, en realidad, de hecho, ni siquiera estamos practicando el budismo, por más que estemos invocando daimoku.
El gosho continúa diciendo: “Enseñanza inferior se refiere a todas las que no son este sutra, que constituyen doctrinas provisionales y transitorias. No hay ninguna enseñanza inferior que conduzca directamente a la iluminación y, sin un camino directo hacia la iluminación, usted no podrá lograr la Budeidad, aunque practique existencia tras existencia, a lo largo de innumerables eones”.
¡Imagínese hacer gongyo, invocar daimoku, hacer shakubuku, participar de los zadankai y hacer zaimu existencia tras existencia durante incontables eones y, no obstante, nunca cambiar su karma ni jamás lograr la iluminación! Ésta es una idea deprimente. El Daishonin aquí está señalando lo importante que es no ver fuera de usted mismo. No trate de obtener el poder desde el exterior: busque la solución al problema dentro suyo. Usted es el problema y también la solución. Si invoca daimoku frente al Gohonzon con la oración: “quiero manifestar la sabiduría para comprender lo que debo hacer; quiero tener la sabiduría para saber qué acción tomar”, se sorprenderá de su avance.
Las oraciones dirigidas hacia afuera no ayudan en nada, aunque se repitan por el resto de su vida. El Daishonin señala aquí estrictamente que, si va a invocar daimoku, no pierda su tiempo intentando arreglar las cosas desde afuera. El Gohonzon casi no tiene poder hacia el medio ambiente externo, pero sí tiene un universo de ilimitado poder para transformarlo a uno y reformar la propia vida. Abra su vida y véase realmente tal como es; confróntese y lidie consigo mismo. Con seguridad usted está caracterizado por uno de los tres venenos: avaricia, ira o estupidez. Para descubrir cuál es el suyo, pregúntese a sí mismo: ¿soy egoísta? ¿soy irascible? ¿soy estúpido? ¡Seguro que es alguno de los tres!
El Daishonin continúa: “De tal modo, lograr la Budeidad en esta existencia resulta imposible. Entonces, cuando invoque la Ley Mística y recite el Sutra del Loto, tiene que llegar a sentir la profunda convicción de que Myoho-renge-kyo es su propia vida. [...] Por ejemplo, el pobre es incapaz de juntar un solo centavo si se limita a contar la fortuna de su vecino, aunque lo haga noche y día”.
Este gosho sigue diciendo que si usted no comprende que esto está sucediendo dentro de usted y no allá, en otro lugar, no podrá cambiar su karma. Su práctica se convertirá así en una “interminable, penosa austeridad”. Veámoslo de otro modo: observe su vida, ¿hay algún aspecto de ella en el cual, cuando invoca daimoku, le resulta una interminable y penosa austeridad? Puede que sea el trabajo, sus relaciones, sus hijos o cualquier otra cosa. Hasta puede que le vaya muy bien en las demás áreas, pero cuando se trata, por ejemplo, de las relaciones personales, puede llegar a comportarse de manera totalmente no budista y no obtener beneficios; esto puede llegar a prolongarse por años y hasta puede llegar a darse por vencido de tanto dolor.
El problema allí no es el Budismo. El problema tampoco es que su karma es muy pesado: el problema es que usted está buscando en el lugar equivocado. Usted es el problema, pero no está buscando adentro. Es más fácil ver afuera.
Digamos que tiene un gran problema que quiere resolver. Comienza un millón de daimoku. Cuando va por el 999.950, de repente se le ocurre “tal vez el problema sea yo”. Si tenemos esto en cuenta de antemano, podemos abreviar un poco el proceso: comience asumiendo “el problema soy yo”. ¡Así podrá progresar con sólo invocar 50.000 daimoku en vez de un millón! La calidad de su oración es tan importante como la cantidad: lo importante es invocar con calidad y cantidad. Cuando vemos nuestra práctica, sólo la vemos en una sola dirección y siempre apunta hacia nosotros mismos. La mayoría de las veces pensamos que estamos muy bien. Pero otra persona puede ver claramente si nos hemos desviado. Esto es especialmente válido cuando se tiene un responsable en la fe. Para eso recibimos orientaciones.
Cuando usted va a recibir orientación, ¿cuál cree que va a ser la orientación? “¡Invoque daimoku!” ¿No es así? ¿O acaso le ha sucedido alguna vez que la orientación que le dieron fue: “Me parece que está haciendo demasiado daimoku.”? ¡Por supuesto que no! Por eso, cuando va a recibir orientación, usted ya sabe de antemano cuál será la conclusión. La persona que orienta también sabe cuál será la conclusión. Entonces, ¿para qué recibe orientación? La razón es que su daimoku no está alcanzando al Gohonzon. Algo parece estar fallando y usted se siente frustrado. Necesita que alguien se lo señale y le diga: “¡Ojo! Tu enfoque ya no es budista, has perdido el espíritu correcto y estás invocando daimoku con la motivación equivocada”. El poder de la orientación es el de redirigir nuestra oración al Gohonzon para lograr que el beneficio comience a fluir nuevamente.
Cuando perdemos la perspectiva budista y comenzamos a ver fuera de nosotros, bien sea culpando a otros o pensando que el problema está fuera, no aparece por arte de magia una voz que nos alerta: “¡Cuidado! ¡Estás a punto de poner el asunto fuera de tu control!”, sino que esta postura se va apoderando imperceptiblemente de nosotros y, antes de que podamos darnos cuenta, nuestro daimoku ha perdido poder: la alegría ya no está presente.
Puede que usted comience a pensar: “Quizá antes nunca logré beneficios; quizá esta práctica nunca funcionó para mí”. Comienzan así a aparecer las dudas, y de este modo se doblega nuestra fe: es por eso que necesitamos orientación. Nuestra organización está conformada por personas que orientan en la fe correcta con el fin de fortalecer y redirigir la oración, deshacerse de toda perspectiva no budista y, al invocar daimoku, enfocar la oración hacia su Revolución Humana. Inmediatamente después de esa clase de orientación, la gente tiene beneficios, pero no por la orientación misma sino por la oración de la persona. La orientación nos ayuda a orar correctamente.
Según el Budismo, la forma en que oramos establece la diferencia. ¿Qué significa orar como devoto del Sutra del Loto? Un aspecto es que el devoto o practicante del Sutra del Loto lleva a cabo enérgicamente tres cosas: sus oraciones no pueden ser respondidas si usted no está practicando para otros, si no está estudiando y si no está invocando daimoku al Gohonzon. Usted sabrá si está haciendo o no su máximo esfuerzo en esas tres áreas. Si su práctica ha perdido el poder de producir beneficios, yo en su lugar examinaría de inmediato esos tres pilares y me preguntaría: “¿Me estoy esforzando al máximo en ampliar mi capacidad en el estudio, en la práctica para mí y los demás?”. Si usted desea movilizar su vida con mayor rapidez, fortalezca estos tres aspectos de su práctica.
Algunas personas pensaron -en relación a lo que dijo el Presidente Ikeda en febrero de 1990- que el mostrar la prueba real en su vida diaria era lo mismo que practicar para otros: esto no es así. Lo uno es tan importante como lo otro, esto es seguro. Por supuesto que debemos mostrar la prueba real en nuestra vida cotidiana, pero no son la misma cosa. Nuestra práctica se desenvuelve en estos dos ámbitos, pero son diferentes entre sí. Lo que el Presidente Ikeda nos estaba diciendo era que no debemos llevar a cabo la práctica para otros a costa de nuestra vida cotidiana. También nos estaba diciendo que no practiquemos por obtener beneficios a expensas de la felicidad de otros. Luche por colmar ambas. El estudio es la columna vertebral para poder hacer esto.
La oración del Devoto del Sutra del Loto es respondida porque él lleva a cabo estas tres prácticas enérgicamente. El devoto del Sutra del Loto no está buscando beneficios personales sino iluminación y sabiduría para desarrollarse como un Buda. Por supuesto, cuando uno se convierte en un Buda, naturalmente obtiene beneficios.
El Presidente Ikeda transmitió la siguiente orientación: “Sin embargo, según el Budismo, las oraciones nunca terminan con el sólo acto de la oración, sino que incluyen las acciones que uno emprende para lograrlas. Es así como disparar una flecha con un arco: primero tensamos el arco al máximo con la flecha insertada en la cuerda y luego ésta sale disparada cargada de energía. La oración sin acción es idealismo y la acción sin oración es fútil... Una gran oración proviene de un gran sentido de responsabilidad”.
Otro aspecto del karma que se malinterpreta con frecuencia es el siguiente: a menudo pensamos que nuestro karma es algo que está fuera de nosotros. Sin embargo, la conducta de otra persona no es nuestro karma. Nuestro karma es que no sabemos cómo responder ante el comportamiento de otro. No podemos manejar la conducta de otro y respondemos en forma equivocada: ése es el problema. Nuestro comportamiento es nuestro karma. A veces, es posible que pensemos que somos una persona terrible si en nuestro entorno nos topamos con una persona que es terrible. Eso no es cierto: ésa es una persona terrible por sus propias causas.
La pregunta es: ¿Por qué entonces está usted sufriendo? Usted tiene el karma de estar con esa persona, pero de todas maneras esa persona iba a ser así: usted no ocasionó que ella sea así. Pregúntese a sí mismo: “¿Por qué soy incapaz de tratar armoniosamente con esa persona? ¿Por qué esa persona se enfurece? ¿Por qué permito que esa persona me haga infeliz?”. En un caso así, usted tiene el karma de no ser capaz de manejar estas circunstancias de su entorno: allí radica su problema. Cuando invoca daimoku para ser capaz de conducirse bien con esa persona, para ser capaz de crecer más y más y de ser más fuerte que esa persona con el propósito de no seguir siendo influenciado por ella, entonces ya no le afectará: usted habrá transformado su entorno.
El Presidente Ikeda continúa diciendo en la misma orientación: “Nunca surgirá una verdadera oración de una actitud irresponsable, superficial, tomando las cosas a la ligera en su trabajo, en su vida cotidiana o con relación a la propia existencia. Quienes asumen la responsabilidad de todo aquello en lo que están involucrados y se esfuerzan seriamente en mejorar, desarrollarán oraciones fuertes. La vida cotidiana, así como la vida misma, son verdaderas batallas. Usted, ¿gana o pierde? El resultado no siempre está determinado por la experiencia o habilidades que uno posea sino que lo más importante es la decisión de ganar. Luego, ore sinceramente con toda su fuerza, haciendo surgir una gran sabiduría, a la vez que hace cada esfuerzo necesario para lograr su objetivo”.
Comience con la siguiente determinación: “Sobrepasaré mi sufrimiento, ¡Lo haré!”. Y como usted no tiene la menor idea de cómo hacerlo, por lo tanto necesitará sabiduría y fortaleza. Este tipo de oración autopotenciadora produce resultados.
El Presidente Ikeda en "La Nueva Revolución Humana" dice lo siguiente: “El Budismo es una enseñanza de razón sin igual. Por ende, la fuerza de nuestra fe debe manifestarse en la forma de estudiar, de ejercer nuestro ingenio o creatividad y en hacer el doble de esfuerzos que cualquier otra persona. El daimoku sincero es un manantial de energía para desafiar todo esto. Pero además, su daimoku también ha de constituir un compromiso. Por supuesto que hay diferentes formas de orar. Algunas personas puede que oren para que todo les llegue solo, sin tener que hacer ningún esfuerzo, pero una religión que estimule tal tipo de oración, está conduciendo a la gente hacia la ruina. La oración en el Budismo de Nichiren Daishonin significa invocar daimoku basados en un compromiso o promesa. En su verdadera esencia, esta promesa es la de lograr el kosen-rufu. Significa invocar daimoku resueltamente y con la determinación: «Lograré el kosenrufu de mi país. Por lo tanto, demostraré una magnífica prueba real en mi trabajo. Por favor, capacítame para hacer surgir, de alguna manera, mi máximo potencial». Así es como deberían ser nuestras oraciones.”
“También es importante que nos establezcamos objetivos claros y concretos de lo que anhelamos lograr cada día y luego orar y desafiarnos para concretar cada uno de ellos. Esta determinación sincera hará surgir la sabiduría y abundancia de recursos que conducen por ende al éxito. En resumen, para vencer en la vida requerimos de determinación y de oración, de esfuerzo y de ingenio o creatividad. Es equivocado soñar con hacernos ricos rápidamente, con la expectativa de tener un golpe de suerte inusitado o con una maquinación deshonesta para hacer dinero. Esto no es fe. Eso es mera fantasía.” (World Tribune, 6/6/94).
La oración funciona, definitivamente. Pero tiene que ser una oración correcta. La forma en que invocamos daimoku establece una diferencia enorme. Lo que estamos haciendo y pensando mientras invocamos daimoku frente al Gohonzon es lo que marca la diferencia entre unas cuantas gotas de beneficios y un torrente de beneficios absolutamente increíbles.
Por favor, reflexionen sobre el hecho de si están teniendo una actitud budista o si lo que están tratando de lograr es que algún otro los ayude. ¿Cuál es su postura frente al Gohonzon? ¿Están jugando a sentirse víctimas o, por el contrario, están llenos de la determinación de sobrepasar sus sufrimientos? “Necesito sabiduría y fortaleza, pero ¡lo voy a lograr!”. Con una oración así creo que no habrá nada que no puedan alcanzar. ¡Muchas gracias por su atención de esta noche!

(Orientación del Vice Director de Soka Gakkai U.S.A., Greg Martin , Centro Cultural de Seattle, EE.UU., 9/6/1995)

Magnesio


MOTIVOS PARA TOMAR MAGNESIO CADA DIA.

El magnesio es un mineral importantísimo para nuestra salud, ya que su deficiencia está relacionada con muchísimas enfermedades, entre ellas dolores musculares, alteraciones nerviosas, vértigos, problemas articulares o migrañas.


A continuación explicamos los motivos principales por los que deberíamos consumirlo cada día y detallamos los alimentos y suplementos que podemos tomar para obtener la dosis diaria necesaria para nuestro organismo.
Hay pocos nutrientes que posean los sorprendentes beneficios de magnesio. De hecho, es el cuarto mineral más abundante en las células de nuestro organismo después del calcio, fósforo y potasio.
Beneficios
Ayuda a prevenir la degeneración de los cartílagos y aparición de enfermedades como la artrosis y dolores articulares
Es el mineral principal contra las molestias musculares. Tomándolo ayudaremos a prevenir problemas como rampas, contracturas, hormigueos, entumecimiento, temblores.
Regula los rimos anormales del corazón
Combate la hipertensión arterial
Mejora algunos dolores de cabeza y de mandíbula, ya que a menudo están causados por tensiones
Trata los vértigos, que también pueden estar originados por tensiones musculares de la zona cervical
Mejora la dificultad para adaptarse a la luz, también para aquellas personas que no ven bien las luces en la oscuridad, y también para la hipersensibilidad al ruído
Aporta energía y combate la fatiga, por lo que lo recomendamos en etapas de convalescencia y para aquellas personas que sufran fatiga crónica, fibromialgia o debilidad en general
Devuelve el apetito a personas inapetentes
Mejora náuseas y vómitos
Regula el estreñimiento, facilitando naturalmente el movimiento intestinal
Mitiga los calambres menstruales
Disminuye los deseos de consumir sal y chocolate
Es un regulador del sistema nervioso para casos como: insomnio, ansiedad, hiperactividad, inquietud, ataques de pánico, fobias.
Ayuda a crear colágeno, fundamental para el esqueleto, los tendones y los cartílagos. Si sufrimos falta de colágeno también deberemos tener en cuenta el consumo de vitamina C y proteína, a poder ser en la misma comida.
Alimentos ricos en magnesio
Hay muchos alimentos ricos en magnesio y algunos pueden sorprendernos. Intentaremos incluir en cada comida algunos de ellos.
Cacao: El chocolate negro puro tiene casi 500 miligramos de magnesio en cien gramos
Vegetales de hoja verde oscura: acelga, lechuga, espinaca.
Frutas: Plátano, albaricoque, aguacate, melocotón, ciruela.
Frutos secos: Almendras, anacardos, avellanas, nueces.
Legumbres: Guisantes, lentejas
Semillas
Cereal: Arroz integral, mijo, avena
Patata
Calabaza
arroz integral sweetbeetandgreenbean
Dos recetas básicas
Una buena manera de tomar nuestra dosis diaria de magnesio es tomar cada mañana un batido con los siguientes ingredientes: cacao en polvo, almendra en polvo, plátano bien maduro, leche de avena o de arroz y, si lo queremos más dulce, un poco de miel o panela. Batiremos bien y será nuestra primera comida del día, tanto para mayores como para pequeños, ya que además resulta delicioso.
batido platano Foodmayhemcom
Si queremos evitar tantas calorías o buscamos otra alternativa, podemos preparar en cada comida y en cada cena una ensalada que consistirá en:
Hojas de lechuga y espinaca cruda
Aguacate
Tomate
Nueces
Lentejas germinadas
La aliñaremos con aceite de oliva, jugo de limón y, si lo deseamos un poco de sal marina o sal del Himalaya.
Las lentejas germinadas podemos comprarlas en tiendas de productos naturales o algunos supermercados, o bien prepararlas nosotros mismos dejando las lentejas crudas en un recipiente en el cual las podamos mantener ligeramente humedecidas siempre, añadiendo un poquito de agua cada ciertas horas, hasta que al cabo de dos o tres días veremos que empezarán a germinar. Entonces ya las podremos comer. La germinación es una manera de multiplicar los beneficios de las semillas y obtener una dosis extra de energía cada día.
ensalada completa diekatrin
Suplementos de magnesio
Elegiremos un suplementos de magnesio, ya que en farmacias, herbolarios y dietéticas lo encontraremos de diferentes formas. Entre ellos destacamos:
Cloruro de magnesio: tiene un sabor muy amargo pero es el más recomendado
Citrato de magnesio: mejor alternativa si se sufre de acidez o no se soporta el sabor del cloruro.
Sulfato de magnesio: este formato es ideal para realizar baños relajantes, añadiéndolo al agua caliente de la bañera.
¿Qué dosis? Tomaremos entre 300 y 600 miligramos cada día, por vía oral, repartidos en tres tomas para que el cuerpo las pueda absorver correctamente. A mi me ha funcionado tomarme 800mgrs antes de dormir; algunos especialistas recomiendan 1gr. diario; es cuestion de conocer su organismo.
Recomendamos consultar con nuestro médico o terapeuta antes de realizar un tratamiento.

martes, 11 de septiembre de 2018

Kaimoku Sho (La Apertura de los Ojos)

Kaimoku Sho (La Apertura de los Ojos)
Constituye uno de los cinco principales escritos de Nichiren Daishonin. Este importante escrito revela el Verdadero objeto de devoción en términos de la persona, explica quién era Nichiren Daishonin para poder asumir la misión de inscribir el Gohonzon. A través de su conducta cotidiana y de su dedicación altruista a propagar la Ley, el Daishonin reveló su verdadera identidad, inseparable de la Ley de nobleza suprema.

Sensei comenta respecto al significado de abrir los ojos:

“¿Cómo abrir los ojos cerrados del corazón humano”? ¿Con qué luz se ilumina la oscuridad de la ignorancia? El que abrió el camino para dar respuesta a estas preguntas fue Nichiren Daishonin, el Buda del Último Día de la Ley”.

El título “La apertura de los ojos” significa abrir los ojos que están cegados; es decir, liberar a la gente de las ilusiones y de las concepciones equivocadas, y despertar en ellas la comprensión de la verdadera enseñanza y el verdadero maestro.

En este escrito, Nichiren Daishonin quiso transmitir a sus seguidores su estado de vida inmensurable. Quiso mostrarles que uno puede manifestar un estado de vida realmente inmenso cuando libra una gran contienda de vida o muerte y se propuso dejar constancia de esta verdad en bien de todos los tiempos.

Fondo de Escena.
Luego de la Persecución de Tatsunokuchi (12 de septiembre de 1271), el Daishonin descartó su identidad transitoria para manifestar su verdadera identidad como “Buda de la alegría ilimitada, iluminado desde el tiempo sin comienzo” o Buda de Kuon Ganjo. Este hecho se conoce como Hosshaku Kempon.

Precisamente en esta misma carta el Daishonin escribe respecto a este momento:

“En el duodécimo día del noveno mes del año anterior, entre las horas de la rata y el buey (es decir, entre las 11 de la noche y las tres de la mañana), este hombre llamado Nichiren fue decapitado. Es su alma la que ha llegado a la isla de Sado y, en el segundo mes del año siguiente, rodeada de nieve, escribe estas líneas para sus discípulos cercanos”.
Posteriormente es trasladado a la Isla de Sado por órdenes del Comisionado de la Oficina de Asuntos militares Hei no Saemon. En el trayecto sufre innumerables dificultades.

El 1º de noviembre es escoltado hasta un lugar llamado Tsukahara, en donde se le asignó una choza en un cementerio, que anteriormente había sido un santuario llamado Sammai – do. Las temperaturas eran heladas para ese momento.

En enero de 1272 se lleva a cabo al frente de la morada del Daishonin un debate en el cual cientos de sacerdotes de las escuelas de la Tierra Pura, Palabra Verdadera y otras corrientes budistas lo retan fuertemente; el Daishonin logra refutar sus argumentos, señalando las contradicciones e incongruencias de todos sus discursos. Varios de estos sacerdotes junto a sus seguidores laicos, renunciaron a sus creencias y se convirtieron en discípulos del Daishonin.

La Apertura de los Ojos comienza a ser escrita desde noviembre de 1271, pero es en febrero de 1272 cuando es concluido. El Daishonin se encontraba sufriendo los embates del clima de la región, así como la falta de alimento y vestido adecuado para el invierno. Tenía entonces 51 años de edad.
La carta fue destinada a Shijo Kingo, uno de los más sinceros discípulos del Daishonin. El Daishonin valoraba inmensamente a Kingo, porque éste se mantuvo a su lado durante la persecución de Tatsunokuchi, dispuesto a morir con su maestro. Además de ser uno de los practicantes más destacados de Kamakura, era el discípulo que mejor corporificaba el espíritu de “no escatimar la vida en bien de la Ley”.

Kingo además era médico, y durante gran parte del tiempo de vida que acompañó al Daishonin protegía seriamente su salud.

El Gosho está escrito en sesenta y cinco hojas de papel japonés hecho a mano y le tomó aproximadamente tres meses culminarlo, en un ambiente plagado de muchos peligros en donde su vida se veía constantemente amenazada

Al Daishonin le resultaba por toda esta situación sumamente difícil conseguir el papel, por lo que los historiadores suponen que sus discípulos pueden haber reunido una provisión de papel para su maestro, o que también podría haber formado parte de las ofrendas que aquellos le hacían llegar.

Visión general del Gosho
Este tratado está expuesto en dos partes o volúmenes

PRIMERA PARTE

• El primero de ellos se inicia con el principal tema que circula a lo largo del tratado La Apertura de los Ojos como es el de las tres virtudes del soberano, el maestro y el padre.
• El foco esencial que subyace en esta parte es evaluar las principales corrientes religiosa y filosóficas existentes para la época en el mundo, tal como el Daishonin las conocía, y esclarecer qué persona debería ser respetada por toda la humanidad como poseedora de las tres virtudes.
• El interés del Daishonin es preguntar y esclarecer quien posee las tres virtudes en su totalidad, para poder ser digno del respeto universal.
• Basado en este análisis, el Daishonin concluye que sólo Shakyamuni corporifica las tres virtudes pues actúa como un soberano, un maestro y un padre, en otras palabras, protege, guía y nutre con un amor ilimitado a todos los seres vivientes.
• El Daishonin basado en la quíntuple comparación se aboca a esclarecer la doctrina de la causa original y el efecto original, la Ley de Nam Miojo Rengue Kio como la única y verdadera causalidad para el logro de la Budeidad

SEGUNDA PARTE

El Daishonin detalla su lucha como devoto del Sutra del Loto, iluminado con respecto a la verdadera causalidad para el logro de la Budeidad, quien se esfuerza por hacer que ella sea directamente accesible a todas las personas del día posterior a la Ley.

EXPLICACIÓN DEL GOSHO.
PARRAFO 1.


Pregunta: ¿Qué mérito hay en condenar, como hace usted, los males de quienes siguen las escuelas Nembutsu y Zen, si con ello provoca su enemistad?

Respuesta: El Sutra del Nirvana afirma: “Si un buen monje ve a alguien destruir la enseñanza y actúa con indulgencia, sin refutar sus actos, sin expulsarlo ni poner en evidencia su grave falta, debe comprenderse que ese sacerdote es, en su fuero interno, un enemigo del Budismo. Pero si lo amonesta, lo echa y expone su error, estará actuando como un verdadero discípulo del Buda y comprende realmente mis enseñanzas”.

Chang–an comenta este párrafo del siguiente modo: “Quien destruye las enseñanzas del Buda o provoca confusión en torno a ellas es un enemigo del Budismo. Si uno se considera amigo de alguien, pero no posee la misericordia necesaria para corregirlo, en verdad es su enemigo. No obstante, quien reprende y corrige al que actúa contra la Ley es un seguidor que escucha la voz y defiende las enseñanzas del Buda; es un auténtico discípulo. Quien libra del mal al que comete una falta está actuando como un padre o una madre. Los que refutan los actos contra la Ley son discípulos del Buda. Sin embargo, quienes no amonestan a los que cometen graves faltas son enemigos del Budismo”.

Se refiere a la refutación de las enseñanzas erróneas por parte de Nichiren para reafirmar la validez del Sutra del Loto. El tenía dos opciones: callar y continuar una vida “normal” para la época, o hablar y ser perseguido, pero con la convicción de que estaba haciendo lo correcto.

En este gosho, comienza afirmando que el Sutra del Loto es la única enseñanza que puede permitir a las personas del Día Posterior a la Ley lograr la Budeidad, la única enseñanza que puede poner fin al sufrimiento y abrir el camino hacia la felicidad.

Para proteger la Ley y el pueblo, inició una contienda contra los sacerdotes corruptos, cuya función perversa estaba impidiendo a la gente tomar contacto con la fuerza de su propia Budeidad. Esta actitud le valió una terrible persecución. A través de sus vivencias reales, el Daishonin demostró poseer las “tres virtudes del soberano, el maestro y los padres”, necesarias para guiar al pueblo en el Día Posterior a la Iluminación”.

En la actualidad refutar lo erróneo significa percibir la budeidad inherente a la vida de las personas. Refutar lo erróneo en relación con la enseñanza es proteger el budismo, por tanto es proteger la vida misma.

El Budismo sólo existe en la acción. Mediante la acción concreta comienza a resplandecer la Ley Mística inherente a nuestra vida. Las funciones protectoras del universo y todos los budas protegen a las personas de acción. Los que actúan sólidamente en bien de la justicia conocen la verdadera felicidad.

Sensei dice de manera muy estricta que “Por muy altruista que alguien pudiera parecer, si no actúa es lo mismo que si careciera de la mínima benevolencia. En efecto, quien no actúa no tiene misericordia alguna”. (Nuevo Milenio, Mayo 1997: 28).

Refutar lo erróneo en la época actual implica el impedir que la secta Nikken obstaculice el avance en la concreción del Kosen Rufu por parte de la SGI. Sensei explica que sus actos coinciden con los que el Daishonin repudia en “La apertura de los Ojos”. La SGI es la única organización en el mundo que cumple el mandato del buda. Estamos transformando el destino de nuestra sociedad y su tendencia a la discriminación y a la falta de misericordia.

El Daishonin indica que la esencia del shakubuku o propagación, es la esencia o amor humanitario. Por este inmenso amor que él siente hacia todas las personas, puede combatir el mal implacablemente, soportar la persecución y difundir la Ley.

PARRAFO 2.

“Si examinamos el capítulo Joben del Sutra del Loto, vemos que allí se reunen Sakyamuni , Tajo y los demás budas de las diez direcciones que son proyecciones del Buda Sakyamuni . ¿Y por qué ? Como dice el Sutra : “Cada uno (… ) ha llegado a este lugar con el propósito de asegurarse de que la Ley perdure en los tiempos futuros”. Sakyamuni, Tajo y los demás budas quieren asegurar la propagación futura del Sutra del loto, para que cada ser humano , cada hijo del Buda, pueda tener acceso a él en las épocas venideras . Esto nos enseña que su misericordia y su amor son mayores , incluso , que los de un padre o una madre al ver sufrir terriblemente a su único hijo . Sin embargo, Jonen, indiferente al dolor de los hombres cerró y trancó las puertas del Sutra del Loto en el Día Posterior a la Ley para que nadie pudiese acceder a él. Induce a las personas a que descarten el Sutra del Loto, como alguien engañaría a un niño desvariado para que se deshiciera de un valioso tesoro. ¡Qué forma tan desvergonzada de actuar! Si alguien se propusiera matar a nuestros padres ¿no trataríamos de ponerlo sobre aviso ? Si un mal hijo obnubilado por efectos del alcohol amenazara de muerte a sus padres ¿no intentaríamos detenerlos ? Si un hombre perverso estuviera por prender fuego a templos y pagodas, ¿no querríamos impedirlo? Si nuestro único hijo estuviera gravemente enfermo, ¿no trataríamos de curarlo cauterizándolo con moxa, aunque ello le causara dolor? Quien prefiere no actuar, hace lo mismo que los que ven a los seguidores del Zen o del Nembutsu en el Japón y no intentan detenerlos.

Como dice Chang-an : “Si uno se considera amigo de alguien pero no posee la misericordia necesaria para corregirlo en verdad es su enemigo”.

El Daishonin afirma que sólo la revelación de la verdad del Budismo puede conducir a la humanidad sin excepción hacia la Budeidad.

La convicción del Buda se traduce en esta frase “No abandonaré por ningún motivo, ni olvidaré jamás a la persona que vive el peor sufrimiento. Por el contrario, trataré de salvarle con todas mis fuerzas”

Nichiren sabía que dar a conocer el Budismo provocaría la aparición de tremendos obstáculos. Si cerraba la boca, podía tener una vida segura y tranquila; pero semejante conducta sería una total falta de misericordia.

Nichiren estaba convencido que su única misión era salvar a todo el pueblo, incluyendo a las personas que lo persiguieron y exiliaron a Sado. Esa convicción lo impulsa a propagar sin escatimar esfuerzo enfrentado una a una las persecuciones que sobre él se abaten. En consecuencia, expone que sus seguidores dudarán, porque en apariencia las deidades no lo están protegiendo.

El segundo Presidente de la Soka Gakkai, Josei Toda explicó:

“El juramento del Daishonin en la apertura de los ojos representa su determinación, como Buda dotado de las tres virtudes de alejar al pueblo del Japón de las profundidades de sufrimiento. Como excelentes discípulos del Daishonin, portadores de su legado y de su gran rugido de león, debemos luchar por salvar aquellos que se han hundido en el sufrimiento extremo en la época actual.”

PARRAFO 3.

Yo, Nichiren, soy el soberano, el maestro, el padre y la madre de todo el pueblo del Japón. Pero los hombres de la escuela Tendai (que no tratan de eliminar el mal de la nación) son los grandes enemigos del pueblo. Como señaló Chang-an “Quien libra del mal a quien comete una falta está actuando como si fuera su padre”.

Quien no ha puesto su determinación en el Camino no puede liberarse jamás de los sufrimientos.

Las tres virtudes del soberano, el maestro y los padres indican el estado de vida, brillante como el sol, de una persona de justicia.

El principal tema que circula a lo largo de La apertura de los ojos es la de las tres virtudes. El Daishonin aclara en el primer párrafo que estas cualidades deberían ser respetadas por todos los seres humanos. SOBERANO, MAESTRO Y PADRE.

En su misión no sólo tomó conciencia de Myoho Renge Kyo, que es la semilla para el logro de la budeidad, sino que sostuvo esta gran Ley firmemente, superando diversos sufrimientos y asumiendo como propios los padecimientos compartidos por los seres humanos del Último Día de la Ley. También expuso y propagó la Ley en beneficio de estos, sin escatimar la vida. En su dedicación altruista, podemos apreciar las virtudes del “soberano, maestro y padre del budismo de la siembra del Ultimo Día”, para despertar a todos los que vivimos en esta época y permitirnos lograr la Budeidad.

Sensei explica que el soberano, el maestro y los padres son atributos indispensables en todo líder.
La virtud del soberano: consiste en proteger a las personas, esto corresponde a la responsabilidad.

La virtud del maestro: yace en guiar a los hombres, se refiere a la brillante sabiduría que logra conducir a la humanidad por el camino de una vida feliz.
La virtud de los padres: Consiste en forjar a las personas con amor; es decir, una misericordia cálida y a la vez rigurosa.

En palabras de Sensei, éstas son las verdaderas cualidades de un verdadero líder, y realiza un paralelo con lo que ello significa:

La capacidad de proteger correspondería a la virtud del soberano;
La capacidad de dar orientación y enseñanza sería la virtud del maestro y
La capacidad de brindar pautas de entrenamiento o formación sería la virtud de los padres.
En una palabra, la determinación, la oración y la fortaleza de ayudar a las personas a ser felices resultan fundamentales para ejercer un liderazgo sobresaliente.
Así mismo, Sensei asevera que la antítesis del soberano es la irresponsabilidad. Aquellas personas con actitud altanera, que sólo están dando órdenes constantemente, aunque exteriormente respondan a la imagen de un líder no tienen ninguna virtud que respalde sus privilegios.

Nichiren Daishonin, como Buda del Día Posterior a la Ley, dotado de las tres virtudes del soberano, maestro y los padres, abrió un camino de iluminación de todos los hombres. Es algo que merece nuestra sincera gratitud.
También reafirma Sensei que este planteamiento de las tres virtudes es algo revolucionario, ya que en el enfoque convencional un soberano gobierna y reina por sus súbditos, los maestros instruyen y educan a sus alumnos, y los padres dan vida a sus hijos, quienes los honran como progenitores. Si nos atenemos a la naturaleza de estos vínculos, son figuras de autoridad.

Pero los auténticos soberanos son los que ayudan a sus súbditos a ser felices; los genuinos maestros son los que permiten a sus discípulos crecer y desarrollarse; los verdaderos padres son los que educan a sus hijos para que sean excelentes adultos.

Educar implica no perder nunca de vista el potencial de cada persona.

De esta forma, el soberano puede manifestar su poder porque las personas tienen el potencial de ser felices, el maestro existe porque sus alumnos tienen el potencial de desarrollarse como verdaderos seres humanos y lo padres cumplen su rol sólo porque sus hijos van a crecer como individuos valiosos. Por ello, los budas pueden estar dotados de las tres virtudes del soberano, el maestro, y el padre sólo porque los seres humanos tienen el potencial de lograr la budeidad.

PÁRRAFO 4.

El Buda Sakyamuni, maestro de las enseñanzas, fue insultado por todos los seguidores de las doctrinas no budistas y calificado como hombre de gran perversidad. El gran maestro T’ient’ai fue objeto de intensa enemistad por parte de las tres escuelas del sur y de las siete escuelas del norte. Tokuichi, del Japón, lo criticó por haber usado sus diez centímetros de lengua con el afán de destruir las enseñanzas de Sakyamuni y de destruir el cuerpo del Buda de un metro y medio de altura. El gran maestro Dengyo fue despreciado por los monjes de Nara, quienes dijeron : “¡Saicho nunca ha estado en la capital de la China T’ang!”. Pero todos estos insultos se perpetraron por causa del Sutra del Loto y, por lo tanto, no representan ninguna deshonra para los hombres que debieron soportarlos . No hay vergüenza más grande que ser elogiado por los necios. Ahora que he incurrido en la ira de las autoridades y me encuentro en el exilio, los sacerdotes de las escuelas Tendai y Shingon debe de estar celebrándolo. Son hombres muy extraños y desvergonzados.

El Daishonin describe como desde que comenzó a propagar sus enseñanzas se vio sometido a reiteradas persecuciones:

• Matsubagayatsu en 1260
• Exilio a Izu en 1261
• Komatsubara en 1264
• Tatsunocuchi –Exilo a Sado en 1271
Tal y como se describe en el Sutra del Loto provocó la manifestación de los tres poderosos enemigos en su objetivo de eternizar la Ley Mística, en otras palabras, derrotó completamente la función destructiva inherente a la vida humana.

Cuando uno lucha contra la naturaleza demoníaca más perversa, representada por el tercer enemigo, y logra vencerla abre el camino para que las personas manifiesten la budeidad en el día posterior de la Ley.

Nichiren afirmó que si dejaba que estos tres poderosos enemigos permanecieran ocultos (él) no sería el devoto del Sutra del Loto. Sólo puedo serlo provocando su manifestación.

Cada vez que el Daishonin era perseguido aumentaba su fuerza y crecía su convicción porque manifestaba dentro de sí la fuerza de El que Así Llega, para jugarse la vida entera en bien de la Ley.

Cuando practicamos la Ley, las persecuciones surgen sin falta. Sin embargo gracias al esfuerzo que nos lleva a resistir y superar los hostigamientos podemos manifestar la budeidad y desarrollarnos como verdaderos seres humanos. Esta es la gran convicción del Daishonin, basada en su propia experiencia, y la verdad eterna de la práctica budista.

PÁRRAFO 5.

Kumarajiva viajó a la China de l dinastía Chih’i, y Dengyo fue también a este país (en bien del Sutra del Loto). Aryadeva y Aryasimha sacrificaron sus cuerpos. El bodisatva Yakuo se quemó los brazos como ofrenda al Buda y el príncipe Shotoku se arrancó la piel de la mano y transcribió el sutra sobre ella. Sakyamuni, cuando realizaba la práctica de bodisatva, vendió su propia carne para hacer ofrendas al buda. Y en otra oportunidad, cuando vivió con la identidad del bodisatva Globo, utilizó uno de sus huesos como pluma para dejar escritas las enseñanzas del Buda.
T’ient’ai ha dicho que “el método escogido debería concordar con la época”. El Budismo, en su modalidad de práctica, debería estar de acuerdo con los tiempos. Por lo que yo hice, merecí la condena al exilio, pero éste es un sufrimiento menor que concluirá en esta existencia y no merece un solo lamento de mi parte. En vidas futuras, disfrutaré de inmensa felicidad y la sola idea hasta para motivar en mí el más profundo deleite.

En esta frase el Daishonin ejemplifica el sentido de propósito de personajes que dieron su vida por la Ley en diferentes épocas. Como explica, “El Budismo, en su modalidad de práctica, debería de estar de acuerdo con los tiempos”. Sensei agrega además que, aunque la práctica difiera con la época, el espíritu fundamental no cambia. El explica que el punto primordial es consagrarse a la Ley y a la felicidad de las personas.

Gracias a los incesantes esfuerzos de los sucesores directos del Daishonin como Nikko Shonin, sus enseñanzas se pudieron perpetuar hasta nuestra época. Gracias al espíritu imbatible de los sucesivos presidentes de la Soka Gakkai hoy podemos transmitir esta maravillosa enseñanza, que nos posibilita establecer la felicidad absoluta en nuestras vidas y posibilitarlo en la vida de los demás.

Desde el punto de vista de la sociedad el Daishonin era un desterrado, la peor condena que alguien pudiese haber sufrido para el Japón del siglo XIII; igualmente, tanto Makiguchi como Toda en su época eran en apariencia fracasados socialmente. Entonces, ¿es esto realmente el concepto de felicidad que debemos medir? No es posible entonces hacer juicios superficiales acerca de la condición de vida de la gente. “Calidad de vida” no es lo mismo que “condición de vida”.

Sin embargo, ninguna cadena pudo constreñir el espíritu del Daishonin. Sensei explica en el Mundo de los Escritos (pág. 109): “La resistencia desplegada por el Daishonin, ante las condiciones extremas de su exilio en Sado, demuestra por sí sola la magnitud de su inmenso estado de vida. Más que pensar en su propia situación, lo que realmente le preocupaba era cómo estarían sus seguidores. ¡Pero en ese momento, además, oraba por la felicidad de las autoridades que lo estaban hostigando y persiguiendo! Su bondad no se detenía ante nada… Por otro lado, su conducta va más allá de la mera resistencia física o espiritual ante la dificultad; creo que con sus acciones, nos está mostrando la grandeza inherente a la condición humana”.

Por último, podríamos añadir en palabras de Sensei lo que reflejaba la condición de vida del Daishonin en Sado: “El estado de vida del Daishonin durante su exilio en Sado fue impecable, libre de preocupaciones y de confusión. Así es la Budeidad. Este estado luminoso e inmenso no puede atribuirse sólo a una estrategia de pensamiento positivo. En cambio, deriva de su sabiduría, que le permitió percibir la verdadera naturaleza de la realidad, sin dejar de enfrentar en forma directa las circunstancias extremas de su entorno.”

Al dedicar nuestras vidas con una postura de fe correcta a la noble misión del kosen rufu, sin duda surgirán dificultades, y esto es lo que nos posibilita la concreción de nuestra revolución humana. Es esta nuestra mejor contribución que podemos hacer al kosen rufu de nuestro país y del mundo.

“Todas las personas, si poseen una fe inamovible en la Ley Mística, pueden cultivar un estado de vida vasto como el universo, en su vida normal como personas corrientes de carne y hueso. Podría decirse que Nichiren Daishonin fue el primero en demostrar la verdad de que todas las personas del Ultimo Día de la Ley pueden despojarse de su condición transitoria y revelar su aspecto genuino. Para verificar este proceso y proveer un “límpido espejo” o medio, por el cual otros pudiesen hacer lo mismo, Nichiren Daishonin inscribió el Gojonzon en forma gráfica y concreta”.