sábado, 19 de mayo de 2018

LA TRADICIÓN DEL ZADANKAI PARA LA SOKA GAKKAI.



LA RELIGIÓN EN ACCIÓN. LA TRADICIÓN DEL ZADANKAI PARA LA SOKA GAKKAI. Por Clark Strand. Editor de Triicycle, Revista Budista.

“Las reuniones de diálogo están a la vanguardia de la época”.
Por Daisaku Ikeda, escrito como Shin'ichi Yamamoto en la Nueva Revolución Humana.

La semana pasada apareció un articulo en el WASHINGTON POST referido a la oposición de un grupo de acción vecinal contra la construcción de un Centro Comunitario de la SGI-USA en Embassy Row, un área prominente de Washington, D.C., EE.UU.

John Magnus vocero del grupo alegó que él no se oponía, a que un grupo budista se mudara al vecindario. Después de todo, el área de Embassy Row ya albergaba la Catedral Nacional, sumada a un número de otras casas de cultos.

Lo que si discutía era el reclamo de la SGI de que su Centro Comunitario era en realidad una “casa de culto”. La [SGI] dice que 100% de sus actividades están enfocadas a promover la paz, la cultura y la educación, dijo Magnus.

"Personalmente pienso que es fabuloso. Todos mis vecinos piensan que es fabuloso. No es sólo para adoración".

Cuando leí por primera vez la historia pensé que se trataba de un caso sencillo de discriminación. De haber sido una Iglesia Metodista que se hubiese querido construir en el mismo lugar, los vecinos posiblemente hubieran renegado acerca del incremento en el flujo de tránsito, pero no hubieran soñado con desafiar su estado de buena fe como organización religiosa.

Entonces recordé un intercambio que ocurrió en algún momento a fines de 1960 entre el Presidente de la Soka Gakkai Internacional, Daisaku Ikeda y una mujer cuya madre se oponía a la práctica budista de ella.

"¿Piensa que su madre hubiera objetado que usted se uniera a un grupo religioso que no fuera la Soka Gakkai?" Le preguntó a la mujer.
"De haber sido una de las escuelas budistas establecidas como Tierra Pura o Zen, no creo que le hubiese importado”, fue su respuesta.
"No sorprende que su anciana madre tenga reservas respecto de su práctica”, admitió el Presidente Ikeda. "Después de todo, el budismo de Nichiren es una filosofía que está a la vanguardia de la época, abriéndose camino hacia el futuro”.

Retrospectivamente, pienso que esto es a lo que Magnus respondía. Un nuevo paradigma religioso siempre se ve poco familiar. Magnus podría haber enfrentado más dureza al congregar una oposición a un templo Zen, con su arquitectura abiertamente religiosa y sus sacerdotes de cabezas rapadas, o a un templo budista tibetano con monjes en túnicas marrones entrando y saliendo por sus puertas.

La SGI no tiene código de vestimenta, ni sacerdotes ni monjes, ni estilo arquitectónico identificable. Ha preservado la sustancia de la vida religiosa, y permite que la apariencia de la religión desaparezca.

¿Qué perdura cuando se prescinde de la formalidad y convención de la adoración religiosa? Creo que la respuesta es realmente muy simple: un interés por los valores humanos básicos, los valores esenciales de la vida que son comunes a cualquiera y todas las tradiciones religiosas.

Quizás por esta razón, para la persona promedio ya no parecen religiosas. No hay nada acerca de esos valores que los marque como exclusivamente judíos o cristianos, musulmanes o budistas. Ellos simplemente reflejan lo que en el fondo cada ser humano quiere y necesita. Lo que una persona común e instruida pudiera pensar que la adoración religiosa sea algo más que reunirse para compartir tales intereses humanos básicos, para discutir como se los encara mejor en la vida diaria, y para ofrecerse entre sí alientoaliento, a fin de en realidad alcanzarlos, probablemente diga más acerca de los límites de la educación moderna de lo que dice acerca de la Soka Gakkai.

Resumiendo, no hay nada de malo con la forma de adoración de la Soka Gakkai. El problema yace en la división entre la religión y la vida que existe en las mentes de la gente más moderna.

Era el deseo de sanar esa división lo que motivó al primer Presidente de la Soka Gakkai, Tsunesaburo Makiguchi a establecer la tradición de mantener zadankais, o reuniones de diálogos mensuales.

Alguna vez cuando se le preguntó si no era mejor hacer conferencias formales en vez de mantener un formato de diálogo, el Presidente Makiguchi contestó: "No, no lo es. El diálogo es la única forma de comunicarse con los otros acerca de los problemas de la vida. En una conferencia los oyentes inevitablemente no se sienten involucrados".

Creo que la respuesta del Presidente Makiguchi señala fundamentalmente la diferencia entre el paradigma de las viejas religiones respecto del de las nuevas.

En lo fundamental hay poca diferencia entre una conferencia y un sermón.

El formato del sermón que privilegia la autoridad del orador se ajusta bien a mantener la conformidad en los contextos religiosos (en otras palabras, es efectivo en privilegiar la visión religiosa del orador por sobre la vida de su audiencia), pero rara vez es motivador.

En contraste, en una reunión de diálogo cada voz es escuchada. Tales reuniones son igualitarias en espíritu, democráticas en práctica y decididamente reafirmantes de la vida en su visión de cómo la practica budista podría contribuir a la felicidad del individuo, y, al hacerlo, proveer del fundamento para una sociedad feliz.

Escribe Daisaku Ikeda: “La religión existe para resonar vibrantemente dentro de cada persona”. “Aún si uno discute la felicidad de todos los seres humanos, si se habla aparte de la felicidad de un solo ser humano, es meramente teoría”.

Como yo lo veo, la diferencia primordial entre la Soka Gakkai y la mayoría de las otras formas contemporáneas de adoración religiosa yace aquí, en su tradición de dirigirse abiertamente a los desafíos hacia la felicidad encontrados por el individuo común.

Esta diferencia es tan fundamental que algunas veces percibo que los miembros de la Soka Gakkai que comprenden la tradición del zadankai, desde adentro hacia afuera, no aprecian completamente sus implicaciones para el mundo en general. Ya que lo que esta tradición realmente ofrece no es sólo un nuevo paradigma de adoración para el Budismo, sino para la religión en general, y todo por una muy simple razón: porque hace que la religión sea responsable ante la vida más que la vida ante la religión.

Una periodista religiosa se puso en contactó conmigo a principios de este mes para pedirme si podía proveerle de una lista de personas que hubieren sido inspirados por su practica budista para cambiar sus vidas de alguna forma positiva.

Quería específicamente entrevistar a "practicantes que estuvieran motivados para hacer un cambio significativo en un área especifica de su vida como resultado de su practica". Como ejemplo me dijo de alguna persona que hubiese tomado una decisión con coraje o trascendental, alguien que hubiese triunfado sobre su adicción, o quizás alguien que hubiese comenzado un trabajo social o alguna otra profesión basada en contribuir al bienestar de los otros.

Para el propósito de su artículo definió la práctica budista como meditación y por lo tanto estaba primordialmente interesada en hablar con practicantes del Zen, del budismo tibetano o Vipassana (meditación al estilo Theravada).

En mi respuesta a su carta, aplaudí la idea del artículo que ella quería escribir, pero le sugerí que era improbable que consiguiera las clases de respuestas que estaba buscando de los meditadores norteamericanos.

Le expliqué que la razón era que su enfoque respecto de la práctica religiosa, si bien puede parecerle más moderna a la visión occidental que, por ejemplo, el Catolicismo, en realidad no lo era. Estaba basada en modelos antiguos de prácticas monásticas, que la religión que privilegia la vida. Como resultado era improbable que aquellas tradiciones ofrecieran a sus adherentes formas prácticas para confrontar los obstáculos y desafíos que tendían a aparecer en sus vidas de individuos comunes, ni estaban organizadas sus comunidades para ofrecer el apoyo moral y la inspiración necesarias para sustentar las clases de esfuerzos prolongados que se requieren para el cambio real y duradero a nivel personal.

El foco de su esfuerzo no estaba en ser proactivos acerca de los temas de la vida y los problemas sino en “ser religioso” aunque de una forma meditativa. Si ella le pedía a los meditadores que dieran historias de cómo llegaron a éste o aquél despertar espiritual, cómo resolvían un cierto koan (1) o manejaban una visualización compleja, seguramente ellos estaban obligados a hacerlo.

Pregúnteles cómo su meditación los sacó de un mal trabajo y lo llevó a uno bueno, o cómo les ayudó a encontrar la pareja de vida correcta, y probablemente no tendrán respuesta.

De hecho ése había sido el caso. La periodista en cuestión confesó que hasta ahora había recibido pocas historias de la clase que estaba buscando. Si bien para los meditadores con quienes ella habló podrían bajar su presión arterial o nivel de estrés, o mejor su sistema inmunológico o sus poderes de concentración, no había en la mayoría de los casos línea directa de influencia entre su práctica y la superación de desafíos personales y obstáculos para crecer.

Había poco sentido de control práctico o de aplicación en la vida, poco sentido en que dedicándose de todo corazón a su práctica budista les había conducido a resultados positivos específicos en sus vidas. Esta era la razón por la que ella se había puesto en contacto conmigo en busca de consejo.

Al final le dije que estaba en lo cierto al desafiar a los budistas norteamericanos para que mostrasen pruebas reales de los beneficios de la práctica de meditación. No obstante, en tanto esperaba a que ellos hicieran eso, no había razón alguna por la cual ella no podía concurrir a una reunión de diálogo de la SGI en su vecindad.

La practica de orar o cantar, junto con el estudio mensual y las reuniones de diálogo, proveían de inspiración y apoyo justo, para la clase de cambios positivos en su vida de los que ella hablaba. "Vaya virtualmente a todas las reuniones de diálogo en el área de Boston", le sugerí, "y escuchará al menos una o dos historias de transformación personal".

Una semana más tarde ella volvió a escribirme. A partir de la sugerencia del lider de la SGI-USA con quien la había puesto en contacto, se contactó con una mujer, una reconocida consultora de mercadeo, quien tenía una historia profundamente inspiradora para relatar. Resultó ser que ella ya había entrevistado a la misma mujer anteriormente, por un articulo totalmente diferente, y le había caído bien inmediatamente.

Se sorprendió al enterarse que también era un miembro de la SGI de larga data. Le dije a mi amiga periodista que basado en mi experiencia de estudiar la SGI y sus miembros, no me sorprendía este hecho para nada. "Estoy seguro que la mujer que usted entrevistara concurrió a muchas reuniones de diálogo, escuchó cantidad de historias inspiradoras, y, por lo tanto, estaba alentada para perseverar ante sus dificultades y para superarlas", le dije. "Hoy el resultado es una persona cuya vida usted encuentra alentadora e inspiradora. Pero se debe a que ayer ella fue a reuniones de diálogo de la SGI y aprendió como usar la practica religiosa para crear felicidad en su vida".

Si bien conforme a las normas modernas pareciera extremadamente simple y obvio que la religión debe servir a la vida, y no la vida a la religión, creo que es, no obstante, una idea completamente revolucionaria. Y la reunión de diálogo es, tal como los Presidentes Makiguchi, Toda, e Ikeda han señalado, el lugar donde se lleva a cabo esa "revolución humana".

Para usar una expresión norteamericana, es "donde se pone a prueba”. Es donde se ensaya la religión, donde se busca la prueba real, y donde se manifiesta a través de las historias personales de los miembros al superar obstáculos hacia la felicidad. Al compartir tales experiencias se construye la fe, la fe construye vidas, y colectivamente aquellas vidas pueden cambiar la sociedad.

Tal como el Presidente Ikeda ha escrito: "Una gran revolución humana en la vida de una persona puede cambiar el destino de la humanidad y del planeta".



NOTA
Un kōan (公案; Japonés: kōan, del Chino: gōng'àn) es, en la tradición zen, un problema que el maestro plantea al novicio para comprobar sus progresos.

viernes, 4 de mayo de 2018

Las 14 calumnias o actos contra La Ley Mistica

Impedimento concreto para obtener beneficios: “Acción contra la Ley” = “Violar el espíritu del Sutra del Loto”.

Las 14 calumnias:
1. Arrogancia hacia el Budismo.
2. Negligencia en la práctica budista.
3. Juicio arbitrario y egoísta sobre las enseñanzas budistas.
4. Comprensión superficial y  autocomplaciente.
5. Apego a los deseos mundanos.
6. Falta de espíritu de búsqueda.
7. Incredulidad, falta de fe.
8. censura, aversión Manifiesta.
9. Duda infundada.
10. Difamación, calumnia.
11. Desprecio por los creyentes budistas.
12. Odio hacia los creyentes.
13. Envidia a los creyentes.
14. Rencor hacia los creyentes.
Las diez primeras son acciones contra la Ley, y las cuatro últimas, contra aquellos que la abrazan.
 1 - Arrogancia: “La arrogancia y la cobardía son dos caras de una misma moneda”.
Necesidad de sentirse superior a los demás y el miedo a comprobar que no lo es.
Falta de espíritu de búsqueda y desprecio.Se viola la igualdad entre seres humanos.
Nos conduce a “dar órdenes”.
Podemos vencerla cuando aceptamos nuestra igualdad con el resto de los seres humanos; luchamos hombro a hombro con los demás.
    2 – Negligencia: En  el esfuerzo que uno sabe que tiene que hacer para conseguir los resultados que busca. Se es más proclive a caer cuando se está en Éxtasis.
Confiar más en los recursos mentales que en los recursos del Gojonzon.
La negligencia es la socia de la inercia.La negligencia que ataca en los momentos finales es la más temida, porque reduce a nada el valor de todo lo acumulado hasta ese momento.
La vencemos cuando: rebosa el espíritu de búsqueda; aplicamos el esfuerzo hasta el final; asumir el desafío de cada día.
    3 - Juicio arbitrario y egoísta :
Cuando, sin darnos cuenta, distorsionamos la enseñanza. “Actuar de una forma que a los demás les resulta extraña y falta de lógica o contraria al sentido común, va contra las enseñanzas del Budismo y representa una acción contra la Ley.”
    La vencemos cuando: Desarrollamos el deseo “puro y sincero” de practicar correctamente, sin distorsiones.
    4 - Comprensión superficial y autocomplaciente:
Es ser superficial y conformarse con eso.
No sólo se aplica al “entendimiento” sino a la fe.
    La vencemos cuando: Luchamos para una autosuperación permanente.
    5 - Apego a los deseos mundanos:
Cuando los deseos mundanos se convierten en un impedimento para llevar una vida dedicada a la propagación de la Ley. Ponemos “el carro delante del caballo”.
    La vencemos cuando: Ponemos nuestros deseos –metas – en función del Kosen-rufu.
    6 - Falta de espíritu de búsqueda:
Pasividad = estado de Animalidad, que nos vuelve indiferentes.
“No nos importa” la lucha o la actividad.
Se filtran las funciones demoníacas del pesimismo y la depresión.
    La vencemos cuando: Desarrollamos el auténtico espíritu de “Mai lli sa ze nen”
    7 - Incredulidad:
Uno rechaza principios expuestos por el Buda y “no los puede aceptar”.
Negación del propio potencial.
    La vencemos cuando: Oramos para desarrollar una fe cada vez más correcta, pura y firme.
    8 - Aversión manifiesta:
Rechazo a ideas, actividades o personas.
“Rechazar con el ceño fruncido” (Gosho las 14 calumnias).
Produce censura y maltrato.
    La vencemos cuando: aplicamos el “aprecio a la diversidad”, la “tolerancia activa”, el “diálogo genuino”.
    9 - Duda:
Sobre el poder del Gojonzon y la validez del Nam Miojo Rengue Kio; la efectividad de una actividad; la capacidad de una persona; la propia capacidad…
Cuando persiste, corrompe.
    La vencemos cuando: Oramos por resolver las dudas; buscamos orientación; profundizar nuestro estudio.
    10 - Difamar:
El Sutra, la Ley de Nam Miojo Rengue Kio. Por extensión: a un compañero en la fe que propague la Ley.
 
 “El filósofo romano Séneca dijo que las flechas de la calumnia no logran perforar el corazón del hombre sabio”.

    11 - Desprecio:
Por ejemplo, pensar que las personas “nuevas en la fe” son inferiores, que no entienden nada o que su capacidad está por debajo.
    La vencemos cuando: Forjamos sucesores, con el deseo que sean mucho mejores que nosotros. “Hay que ser muy grande como ser humano para forjar sucesores.”
    12 - Odio:
Se desea la “desaparición” del ser odiado.
Es la motivación de Nikken.
La energía que produce el odio, sólo afecta a quien lo siente.
    La vencemos cuando: Nos dedicarse a la felicidad de los demás, sin distinción. Cuando uno basa su práctica en el Gojonzon, no existe el miedo a ser influenciado por estos sentimientos.
    13 - Envidia:
No sólo se envidian cosas mundanas, en ocasiones se refiere a la fe.
Al elogio por el esfuerzo, a quien es querido y apreciado por los miembros.
    La vencemos cuando: pensamos “Voy a construir una vida aún más radiante con mi propio esfuerzo.”
    14 - Rencor:
Cosas que uno no perdona, no olvida, de otra persona.
    Se tiene un filtro en los ojos y se siente “Ya sé cómo es esa persona. Nunca le voy a perdonar lo que hizo. No sirve y nunca va a cambiar”.
 La vencemos cuando: Abrimos el corazón y creamos valor en cualquier circunstancia,
tomando como punto de partida el crecimiento propio en la fe.

CUANDO SE NOMBRA UNA CALUMNIA, COMO ODIO (onshitsu) SE AGREGA A " UN  CREYENTE ", LA CALUMNIA ES EL ODIO, RENCOR, ENVIDIA DESPRECIO, ETC, EN GENERAL, Y NO SE APLICA SOLO DENTRO DEL CIRCULO DE CREYENTES.
               --------------------------------------
ACCIONES CONTRA LA LEY MISTICA
Oposición a la Ley: La práctica libera el estado de vida. Esto quiere decir que puedo percibir algo muy profundo de mi vida, pero el resto es más difícil.
El hecho de propagar la Ley, incluye también los hechos de oposición a la Ley. No se puede hablar tanto de Budeidad como de corrientes de Budeidad. Hobo, no es inherente a nuestras actividades. La idea de soku es que, haciendo todos los esfuerzos para mejorar nuestra vida, habrá hobo en el seno de los esfuerzos. Sólo que bonno (hobo) se convierte en bodai porque la tendencia de base es la de mejorar el estado de vida. Bonno es inevitable.

Al cabo de cierto tiempo de práctica es normal comprender por qué hemos solucionado algunos  problemas y por qué todavía no hemos solucionado otros.

El inconveniente es cuando estimamos que es normal no encontrar solución. En ese momento, esta actitud se convierte en la séptima oposición (fushin), falta de creencia en sus propias capacidades. La estratificación de ese hobo en nuestra vida, al cabo de quince o veinte años, se convierte en taitén (abandono de la práctica).
No solo tenemos que practicar - o sea actuar -  exactamente como enseña el Buda, sino que Kimyo implica también que tenemos que desarrollar gradualmente la misma actitud del Buda.
Hacer esto no significa que, como budistas, todos tenemos que compartir las mismas opiniones, sino que la actitud hacia nuestra vida y la de los demás, debe estar fundamentalmente inspirada por un profundo respeto y una profunda misericordia. Esto es probablemente uno de los principios más difíciles de aplicar en la practica de este Budismo.

El Daishonin siempre repite en sus escrituras, que no podemos mejorar nuestra vida como queremos, ni acumular suficientes beneficios, ni construir una felicidad indestructible, si el espíritu con el que actuamos no corresponde o, inclusive, se contrapone a nuestras acciones.
En efecto, en una carta a uno de su seguidores, él declara -Sin embargo la diferencia en entonar Daimoku depende si se actúa o no en contra del espíritu de este Sutra.
 Dado que estos catorce hobos se aplican tanto al clero como a los laicos, tiene que tener mucho cuidado de no cometer alguno de ellos. Estos catorce hobos indican de cuantas maneras podemos degradar cada acción nuestra dirigida a crear valor. Una frase del Sutra del Loto resume la actitud que deberíamos tener para evitar automáticamente cometer algunos de estos hobos: Con la mente dirigida hacia el solo deseo de ver al Buda, ellos no escatiman sus vidas
Cuando actuamos contra la Ley perdemos la protección y no hay peor falta que actuar contra un devoto del Sutra del Loto.

 Las 14 acciones contra la Ley están expuestas en el capítulo 3º "Parábolas y semejanzas" del Sutra del Loto y aparecen enumeradas en el quinto volumen del Hokke Mongu Ki, discípulo de Hsuan-tsang, quien enumera las acciones contra la Ley de la siguiente manera:

Acciones contra la Ley:
 ARROGANCIA hacia el budismo: La arrogancia es la cara opuesta de la cobardía, se basa en la necesidad de sentirse superior a los demás y en el miedo a corroborar que no se es superior, viola así la igualdad en el estado de Buda de todos los seres que postula el Sutra del Loto.

  NEGLIGENCIA en la práctica budista: Es aquello que nos aleja de algo que estamos empeñados en concretar, cayendo en el error arrogante de confiar más en la mente que en el Gohonzon. Jamás descuidarse en la fe, esforzarse hasta el último momento de la vida, luchando contra la inercia.

OPINIONES ARBITRARIAS Y EGOISTAS sobre las enseñanzas budistas, basadas en el propio punto de vista: Se trata de las ideas propias, no basadas en el Gosho, que uno le incorpora al Budismo. Se trata de adaptar la vida de uno a la filosofía budista y no a la inversa. Lo contrario es seguir nuestra debilidad. Hay que luchar por no violar el espíritu del Sutra del Loto.

CONOCIMIENTO/COMPRENSION SUPERFICIAL Y AUTOCOMPLACIENTE: En el Ultimo Día de la Ley las personas son receptivas a ideas superficiales y a formas frívolas de vivir. La lucha está en ampliar la propia perspectiva para lograr ver la Budeidad en mí y en los demás.

APEGO: a los deseos mundanos en relación a la práctica: No dejemos que los deseos mundanos se conviertan en el pilar de nuestras vidas, ser uno maestro de su mente y no auto justificarse.

  FALTA DE ESPIRITU DE BUSQUEDA o no querer entender: Es, básicamente, otro aspecto de la arrogancia. La indiferencia hacia la Ley y el kosen-rufu tiene que ver con el pesimismo y la depresión, y está relacionada con el estado de animalidad.

 FALTA DE FE, incredulidad o actitud de no creer: Cuando uno no puede aceptar los principios expuestos por el Buda, cuando no puede creer que sean así, la mente aparece como obstáculo y se manifiesta en creencia superficial (por ejemplo, negar la eternidad de la vida) o evidente rechazo. La postura para poder comprender y creer debe ser desde la fe.

  AVERSION, RECHAZO, PREJUICIO, CENSURA: Rechazo a las personas, a las ideas, a las actividades a causa de preconceptos. "Cuestiones de piel", "rechazar con el ceño fruncido". El rechazo trae maltrato.

  DUDA INFUNDADA, basada en las propias ilusiones: Dar más crédito a la ilusión que al Gohonzon, una falta de confianza que esconde otro aspecto de la arrogancia. La duda corrompe si uno la deja incubar, hay que convertirla en oración frente al Gohonzon y plantear las inquietudes para resolver las dudas y poder avanzar.

DIFAMACION, HABLADURIA, CALUMNIA contra la Ley: Calumniar a un creyente es calumniar al Buda, una falta gravísima. No hablar mal de un devoto sea verdad o mentira lo que diga, una cosa es ayudar a corregir un error (refutar) y otra hablar mal (calumniar).

Acciones contra quienes abrazan la Ley.

  DESPRECIO o MENOSPRECIO por los creyentes budistas: Es lo contrario de crear valores. Esta acción contra la Ley destierra la semilla del beneficio y, a la larga, produce que uno se aleje de la fe.

 ODIO: hacia los creyentes budistas: Fuerza tremendamente destructiva que ataca directamente la dignidad de la vida y se vuelve contra uno.

 ENVIDIA o CELOS (Onshitsu) hacia los creyentes budistas: La envidia se manifiesta en un ataque al envidiado, por ejemplo de Devadatta en relación con Shakyamuni o Ryokan en relación con Nichiren (Nikken con Ikeda). Una persona o un país dominado por la envidia se condena a sí mismo. Por su excesiva arrogancia, Devadatta trató de matar al Buda y de usurpar su posición. Cometió tres de las cinco faltas cardinales: rompió la unión de los discípulos del Buda, llevándose consigo a quinientos seguidores de Shakyamuni; intentó matarlo arrojándole una gran piedra desde lo alto de un risco y golpeó hasta la muerte a una monja budista llamada Utpalavarna, cuando ella lo amonestó por sus actos malvados.

 El estado de vida del Buda es tan vasto, que no hay ningún poder ni estratagema que pueda deteriorarlo. Los intentos fallidos de asesinato que emprendió Devadatta así lo demuestran a las claras. Lo mismo cabe decir de Nichiren Daishonin. El `sogunato' de Kamakura tenía a su disposición todo el poder del gobierno, pero ni siquiera así pudo concretar sus planes en contra del Daishonin.
Devadatta también conspiró para destruir el samgha, la comunidad de los seguidores de Shakyamuni. Por un lado, trató de matar a su maestro; por el otro, trató de destruir el vínculo entre el Buda y sus discípulos.
Los que se quedaron con Devadatta crearon una nueva agrupación, centrada alrededor del discípulo renegado, cuyos miembros lo veneraban como a un ser iluminado. Se cree que esta orden subsistió en la sociedad india durante mil años.
Como era natural, la orden de Shakyamuni era bastante abierta en lo que respecta a la práctica cotidiana y a la observancia de los preceptos -un rasgo característicos del Camino Medio-, pero en lo que concernía al espíritu de búsqueda hacia la Ley, todos los seguidores eran muy estrictos. Sin cierta medida de flexibilidad y de apertura, no habría sido posible incluir en la orden a personas muy distintas entre sí.
El propósito de la práctica y de los preceptos budistas es permitir que la mayor cantidad de personas entren en el `camino del bien' y trabajen por su felicidad.
Devadatta ansiaba desesperadamente que la gente lo venerara más que a Shakyamuni. Su móvil eran los celos; probablemente, ésta haya sido la razón por la cual elucubró sus cinco preceptos [Severas reglas monásticas]".
"Josei Toda, el segundo presidente de nuestra organización, decía a menudo que Devadatta era el símbolo de los `celos masculinos'. Y agregaba que los celos, aunque suelen asociarse con la mujer, también son frecuentes en el hombre, sólo que, en estos casos, adquirían manifestaciones mucho más virulentas. Lejos de ayudarnos a valorar la grandeza o las virtudes de los demás, los celos nos hacen ir a buscar las fallas del otro o todo aquello que sirva para desmerecerlo. Esta es la acción temible de los celos. Pero, en la raíz, terminan desmereciéndonos y perjudicándonos a nosotros mismos. El filósofo griego Antístenes  dijo: `Así como el hierro es consumido por el orín, así el envidioso es consumido por su propia pasión malsana' ."

RENCOR o RESENTIMIENTO hacia los creyentes budistas: Descartar a otro suponiendo conocerlo por sus actos es una visión ilusoria, tener el corazón cerrado imposibilita crear valor de cualquier circunstancia. No se trata de querer a todas las personas desde el apego, sino de reconocerles su estado de Buda basados en el concepto de la posesión mutua de los diez estados. ¿Qué retribución obtiene uno y cuál es la postura correcta hacia esas acciones? No obtener beneficios del Gohonzon.
 Refutar (ayudar a corregir los errores) las acciones contra la Ley es la esencia del Budismo de Nichiren Daishonin."El Daishonin se dirige así a sus seguidores: `Ya que los peores actos contra la Ley prevalecen hoy en el país, la Ley suprema y verdadera se difundirá sin falta. ¿Hay algo de lo que alguno de ustedes deba arrepentirse? Tal vez no sean el Venerable Mahakashyapa, pero ¡deberían estar saltando de alegría! Tal vez no sean Shariputra, pero ¡deberían estar poniéndose de pie para bailar de gozo!

Cuando el bodhisattva Jogyo irrumpió de la Tierra, lo hizo de un salto, movido por su enorme alegría...'  Nos está diciendo: ¡No se lamenten! Porque existe el gran mal, sin falta seguirá un gran bien. Deben avanzar, bailar de dicha y de júbilo exultante, así como irrumpieron, a brincos de deleite, los Bodhisattvas de la Tierra. Nosotros somos Bodhisattvas de la Tierra; así que dancemos con energía y vigor, mientras irrumpimos de las entrañas de ese gran suelo que es el pueblo".

~Daisaku Ikeda
La sabiduría del Sutra del Loto.

martes, 1 de mayo de 2018

Reiki Mikao Usui

Mikao Usui 臼井甕男  15 de agosto de 1865–9 de marzo de 1926 nació en la prefectura de Gifu, Kyoto. Era un monje Budista que practicaba el Sutra del Loto, perteneciente a la Escuela Tendai o Tientai de la Tierra Pura. Estudió los sutras budistas y la biblia cristiana. Sus estudios le llevaron a viajar por Europa, América del Norte y China
Encontró la iluminación despues de estudiar el Sutra del Loto, en la cima del monte de Kurama, cerca de Kyoto. Comenzó a utilizar la energía vital universal canalizada a través de la imposición de manos para promover la autoregulación del organismo en el tratamiento de enfermedades y desequilibrios físicos, mentales y emocionales.
Está considerado como el fundador del Reiki Japonés y Tibetano ya que quiso compartir su descubrimiento con todos nosotros.
En 1922 fundó en Tokio Usui Reiki Ryoho Gakkai (escuela depositaria del reiki tradicional japonés)

Tras meditar profundamente sobre el Sutra del Loto, Usui aconsejado por su Sensei del templo donde el practicaba, decidió dedicarse a sanar enfermos en la ciudad de Kyoto, que fue la capital imperial durante 1000 años. En ese momento fue cuando empezó realmente su labor. Usui Sensei imponía sus manos y sanaba a los enfermos, algunos de ellos mendicantes de las calles de la ciudad.
Primero hay que sanar la mente explicó Usui en el Hikkei. Si nuestra mente está sana entonces nuestro cuerpo sanará. De ahí la importancia de llevar una vida tranquila según sus propias palabras y de practicar Gassho.